07 noviembre 2011

Nuevo convenio para jugar en la Rosarina

Acá algo huele mal

(Por Facundo Barbero y Juan Pablo Falletti) El acto de lavarse las manos se hizo famoso desde principios de la historia moderna, cuando Poncio Pilato decidió no intervenir en el juicio de Jesucristo para no tener ningún problema. Es el camino más fácil a seguir por quienes prefieren no hacerle frente a determinada situación conflictiva, dejando a la deriva a un tercero determinado. Pareciera que ésta es la vía que se eligió seguir de parte del presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Giammaría, al imponerles a todos los jugadores el re-empadronamiento dentro de la organización, pero esta vez sin derecho a reclamar por una cobertura médica. Y no sólo eso, sino que tras el parate que trajo esta medida, quedó a la luz una práctica ilegal dentro del reglamento, de la cual nadie se hace responsable: la de los carnets truchos.