Varoli, actual campeón
del automovilismo zonal
Declaraciones de un apasionado que se coronó en el TC 4000 del
Sur con una superioridad absoluta sobre el resto de los pilotos
(Por Nicolás Gabetta) La pasión no entiende de categorías. Tanto en el fútbol como en otros deportes, muchas personas se dedican a la actividad deportiva impulsados por las propias ganas de participar y le ponen todo el empeño a la competición. Cuando a esos factores se le suman inteligencia y talento, el objetivo de conseguir buenos resultados se convierte en una realidad. Este es el caso de Eduardo Varoli, un apasionado del automovilismo que en el año 2010 consiguió el título de campeón del TC 4000 del Sur.
Desde chico, Eduardo estuvo ligado a los motores porque viene de una familia a la que siempre le gustó la actividad y él siguió por el mismo camino. Sin embargo, su inicio en la categoría no fue precisamente al volante. “Al principio estuve en el TC 4000 abocado a ser mecánico, yo preparaba autos para otros pilotos en esta misma categoría”, dijo Varoli, aclarando que correr no es su única relación con el auto de carrera.
La posibilidad de competir no fue algo que le llegó de un día para el otro, sino que el hombre que reside en Villa Constitución terminó arriba de un auto de competición por el mismo entorno familiar de donde surgió su pasión. “Estuve muchos años preparándole el auto a mi tío que corría en TC 4000 y además era su acompañante. Cuando él dejó de correr, me preguntó si quería ocupar su lugar y yo enseguida me subí en la otra butaca”, contó Eduardo. Pero sostuvo que la sucesión no fue un hecho casual, sino algo que siempre había esperado. “Yo siempre tuve en mi mente que algún día iba a correr”, apuntó.
La clave para conseguir la victoria en el automovilismo depende de muchísimos factores. Sin duda, uno de los más importantes es la preparación del auto, a la que Varoli contó que le da muchísima prioridad y expresó: “El mismo domingo que termina la carrera vuelvo al taller y ya el martes siguiente empezamos a preparar el auto para la próxima competencia”. En la puesta a punto dijo que era fundamental “revisar todo, controlar que nada se caiga, observar que ande todo perfecto y pulir cualquier detalle que se haya encontrado en la carrera”. En cuanto a la preparación física del piloto, el hombre de 31 años comentó que no es necesario hacer tanto hincapié porque son circuitos más cortos y es poco el tiempo en el que se está arriba del auto. “Hasta ahora me la estoy rebuscando sin implementar actividad física, cuando tenga más años vemos”, afirmó.
El TC 4000 del Sur es una de las categorías del automovilismo zonal que ha mejorado mucho en los últimos años. El villense señaló que “es una categoría que cada vez se está profesionalizando más, ya que se está trabajando con muchos elementos buenos”. Además, explicó que hay un nivel muy competitivo porque si te quedás un poquito y el que corre con otro auto trabajó más se nota mucho la diferencia.
La definición del torneo fue más simple de lo esperado. El piloto que corre con un Chevrolet 400 sacó sus propias conclusiones: “No me fue fácil pero estuve bastante cómodo”. Es que Eduardo ganó 7 de las primeras 9 carreras y mostró una solidez infalible dentro de la pista. “No fue una definición como todos esperan, tuve un auto contundente y cuando llegue a fin de campeonato solamente tenía que dar vueltas y llegar para poder salir campeón”, sentenció. Más allá de su superioridad dentro de la pista, el campeón reconoció el buen trabajo que había realizado su máximo perseguidor Fabián Svegliatti y declaró: “Fabián fue un muy digno rival. Siempre estuvo atrás mío y ganó una de las carreras”.
‑En la temporada actual, Varoli dejó de correr por cuestiones personales pero mencionó que la pasión por el auto de carrera no se pierde y no descartó la posibilidad de volver esta temporada. Su meta es mostrar el 1 y hacer una o dos carreras.
El fanatismo del campeón no sólo se expresa arriba de la butaca. El piloto confesó que cuando tiene tiempo mira automovilismo todo el día y es un fanático del Turismo Carretera. En cuestión de gustos, eligió a Matías Rossi y José María López como los pilotos sobresalientes de la categoría pero aclaró que “son todos buenos”.
Algunas surgen de gustos personales, otras vienen en la sangre y quedan impregnadas para siempre como una referencia hereditaria. Pero todas las pasiones, de alguna manera u otra, forman parte de una ilusión y un motivo de fantasía en las personas. Aquellos que le ponen el máximo empeño a su pasión, que le dedican todo el tiempo libre y se concentran en conseguir el éxito en sus objetivos son las personas que más disfrutan de la vida. Eduardo Varoli es, sin duda, un campeón apasionado.