30 agosto 2010

Arquero mundialista

Carlos Roa, portero de
mil batallas en el arco
“Lechuga”, el ex arquero de la Selección Argentina tuvo muchas
batallas y gracias a su fe y experiencia pudo salir adelante


(Por Ezequiel Giussani) En su vida tuvo que batallar mucho porque pasó por buenos y malos momentos pero gracias a la Fe y a Dios como manifiesta, siempre salió adelante. Carlos Roa pasó por grandes clubes, entre los que se destacan Racing Club de Avellaneda, en donde debutó a los 19 años y Lanús, club en donde consiguió su primer título. Mientras que por el fútbol europeo estuvo bajos los palos del Club Mallorca de España.

Se lo recuerda sobre todo por su etapa en la Selección Argentina, donde jugó el Mundial de Francia 98 y fue la figura del recordado partido donde la albiceleste eliminó a Inglaterra en los penales. En el medio de su carrera, pasó por momentos difíciles de salud, los cuales pudo superar aferrándose a su Fe y religión. Hoy su vida lo encuentra descansando y disfrutando de su familia en San Vicente, está tranquilo con sus amigos y realiza diferentes pasatiempos como el de jugar al tenis.
 - ¿Se imaginó la oportunidad de atajar en Racing tan pronto?
 - La verdad que no. Pero primero hay que decir que fue gracias a un amigo que me llevó a su casa que quedaba en Avellaneda. No lo dudé, armé las valijas y viajé con él. En ese momento había dos clubes cerca como Racing e Independiente y fui a probarme a los dos clubes, pero quedé en Racing.
 - ¿Qué sensación tuvo al debutar en el club?
 - Fue buenísimo por como se dio la circunstancia en el sentido de que yo era joven y estaba un grande como Ubaldo Matildo Filliol en el arco y el equipo venía de ganar la Supercopa y tenía un buen campeonato, lamentablemente para él vio la roja y llegó el debut tan esperado contra River en nuestra cancha y se puede destacar que no se perdió.
 - Con ya algunos partidos en primera ¿Fue buena la experiencia en la gira con La Academia por África?
 - No fue tan buena, a pesar de que jugamos cuatro o cinco partidos en ciudades diferentes, contraje una enfermedad que fue el Paludismo. En su momento se hablaron y dijeron muchas cosas, pero lo cierto es que fue por una picadura de mosquito. La contraje allá y se manifestó estando en Argentina y jugando el campeonato de Primera División. Fue un año difícil donde cuatro jugadores de All Boys que también fueron a hacer una gira y donde uno o dos de ellos murieron y los otros quedaron, pero no pudieron volver a jugar al fútbol.
 - ¿Tuvo miedo de dejar de jugar al fútbol?
 - Sí, porque aparte era una enfermedad que no se conocía en nuestro país, era muy difícil y complicado. Pero gracias a todo el esfuerzo de la gente que estuvo cerca de mí, los doctores y la medicina que trajeron de Brasil, más la Fe que uno siempre le pone se pude salir adelante.
 - Luego pasó por Lanús ¿Cuán importante fue ganar la Copa Conmebol?
 - En ese tiempo los clubes grandes no le daban importancia a la Conmebol porque decían que era una copa chica. Pero para nosotros, que éramos Lanús, un equipo que se estaba proyectando y asentando en la primera división fue espectacular porque nos tocó definir en Colombia donde fue un partido muy complicado, ganamos y por suerte se consiguieron los frutos.
 - Tras su éxito por “El Grana”, le llegó la oportunidad de emigrar al fútbol europeo ya que Héctor Cúper lo llevó para ser el arquero del Mallorca de España ¿Fue fácil su adaptación?
 - No fue fácil ni sencilla porque ese mismo año el plantel ascendió a Primera División de ese país y se estaba reestructurando. Ahí fue cuando Cúper y el club estaban formando prácticamente un equipo nuevo con muchas incorporaciones entre los que había 8 o 9 y algunos de Argentina que nunca habíamos jugado afuera.
 - ¿Cómo vivió el momento de atajar tres penales en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona y quedar eliminados?
 - Fue un momento para el olvido porque es una sensación de vació, de frustración, de fastidió por como fue la eliminatoria de la Copa del Rey ya que fue muy difícil para nosotros llegar. En ese partido que se jugó en el Mestalla, estadio del Valencia nos habían echado a Mena con otros dos jugadores más, además Stankovic estaba lesionado y en los penales la fortuna jugó para el otro lado a pesar de que atajé tres penales y convertí uno. Tuvimos la mala suerte de que erramos cuatro.
  Después de la buena actuación que tuvo en el club español, Passarella lo convocó al seleccionado argentino y se ganó la titularidad en el Mundial de Francia.

 - ¿Se sintió titular desde el primer momento en que Daniel Passarella lo citó para ser el arquero del Mundial de Francia 98?
 - No, ya que tuve que competir con dos grandes arqueros como German Burgos y Pablo Caballero y todos los partidos eran un examen.
 - ¿Qué importancia tuvo eliminar a Inglaterra en octavos de final y ser una de las grandes figuras del encuentro?
 - Te imaginás, si en un club la repercusión es de cien, en la Selección es de mil, más por lo que fue el rival que es un clásico y a raíz de ese partido el reconocimiento fue mundial y espectacular en España. A nivel profesional fue maravilloso y sensacional porque donde iba la gente me reconocía, me alentaba, me aplaudía y hablaba maravillas de mí y eso a uno siempre lo satisface.
 - ¿Qué le dejó la eliminación ante Holanda?
 - Me sentí mal, porque el resultado era un poco injusto, pero la realidad es que sobre todo en los partidos a nivel de selección uno sabe que no tiene una segunda oportunidad y mucho menos la situación que se dio ya que me hicieron el gol faltando cinco minutos y ese gol que nos hizo Dennis Bergkamp nos cayó como un balde de agua fría y no lo pudimos revertir.
 - Luego volvió a sufrir otro tema personal como el cáncer, ¿pensó que no volverías a jugar al fútbol?
 - Sí, ya era difícil, pensé que iba a ser complicado porque era cáncer y no todos salen. Si bien me tocó vivir el cáncer que más posibilidades de recuperarse tiene como es el de testículos, los doctores me habían dicho que en un 90% a 95% no iba a tener problema en volver a jugar, pero siempre tuve la sensación del miedo, pero gracias a Dios por la Fe me dio la oportunidad nuevamente y estoy feliz porque es como volver a nacer.
  Tras recuperarse de su enfermedad tuvo un breve paso por el equipo de Albacete de España y luego de un año volvió al país para jugar en Olimpo de Bahía Blanca, club en donde se retiró como profesional. Desde hace un tiempo se encuentra radicado en la localidad de San Vicente y prepara a los arqueros del Club Atlético Brown.
 - ¿Por qué aceptó la oferta de ser preparador de arqueros en Brown de San Vicente?
 - Porque tengo a mi esposa, Silvia Suñer, que nació en el pueblo, a mi hija que está estudiando y creo que uno después de todo lo que vivió acá está más aplomado, ha hecho un poco de raíz, tiene las amistades cerca y uno sabe que si se va el fin de semana luego vuelve.
 - ¿Hoy en día está practicando algún deporte?
 - Hago un poco de tenis, de padel, bicicleta, juego al fútbol con un equipo de veteranos del club Brown y voy al gimnasio. Es decir uno siempre esta ligado al deporte por una razón de que me gusta y porque a uno lo mantiene en forma.
 - ¿Qué tiene pensado hacer para el futuro?
 - Hice el curso de Director Técnico en Rafaela donde aprendí varias cosas, pero mi prioridad es ser Preparador de arqueros ya que es lo que más se hacer y que me gusta.