El canotaje rosarino
está en buenas manos
A pesar de su corta edad, Trinidad Del Río Santos y Antonela
López Santos son dos de las mejores palistas de Argentina.
(Por Melisa Del Río) A Trinidad Del Río Santos y Antonela López Santos no sólo las une el lazo de sangre sino que además comparten la misma pasión: el canotaje de velocidad. A pesar de su corta edad (15 y 21 años respectivamente) son dos de las mejores palistas del país y han participado en varios torneos internacionales, incluidos los Juegos Odesur.
Antonela comenzó a practicar este deporte hace más de diez años. “Aprendí a remar en la isla con una piragüa con mi prima y mi abuelo era el que nos enseñaba. Después vi que en el Club Náutico Sportivo Avellaneda se hacía este deporte y me dieron ganas de empezar”, expresó. Mientras que su hermana admitió que al principio le daba miedo pero que de tanto ver a su hermana se convenció y no lo volvió a dejar.
Las jóvenes además explicaron que entrenan “más o menos tres horas por día, de lunes a sábados, dependiendo de la actividad que haya que hacer: remar, gimnasio o aeróbico”. Y agregaron que las prácticas se desarrollan en la costa del río Paraná o en lo que llaman “el embudo”, que es un lugar en la isla donde el agua está mucho más tranquila.
Con respecto a las competencias en las que participan, manifestaron: “La mayoría de las regatas se realizan fuera de la ciudad, lo cual es una complicación para el traslado de los palistas y de los botes. Si a esto le sumás la inscripción al torneo, los costos son bastantes elevados”. Pero aseguraron que en ocasiones, la subcomisión de canotaje e incluso el mismo Club Náutico Avellaneda realizan aportes para los viajes.
Pero con ellas, este esfuerzo vale la pena. Es que a pesar de sus cortas carreras, las hermanas ya cuentan con varios títulos en su haber. Trinidad es campeona santafesina y sudamericana mientras que Antonela obtuvo el segundo lugar en el sudamericano junto a Fabiana Canero y formó parte del seleccionado nacional que disputó los Juegos Odesur en Medellín, donde obtuvieron el cuarto lugar.
Gracias a este excelente desempeño, hoy reciben apoyo económico de la provincia para continuar creciendo en este deporte. “Las becas que vamos a recibir el próximo año se denominan ‘becas para el desarrollo deportivo’ y las obtuvimos por todos los títulos que ganamos”, contó Trinidad.
Sin embargo, las palistas tienen los pies sobre la tierra y todavía pueden disfrutar de los pequeños momentos que les da el canotaje. Antonela señaló que lo que más le gusta es “que se desarrolla en el río, con la naturaleza. Y también que implica explotar al máximo las capacidades coordinativas y condicionales”. A lo que su hermana agregó: “A pesar de ser un deporte individual, somos un grupo muy unido. Lo mejor es compartir tiempo con el equipo”. Incluso sienten que ellas son más compinches que antes gracias al canotaje: “Si bien siempre nos llevamos bien, hay una diferencia de edad que en esta etapa de la vida se hace notar. Pero ahora podemos tener charlas sobre lo que hacemos juntas, contarnos lo que pasó en cada regata o entrenamiento”.
A la hora de elegir un referente, ambas coincidieron sin dudar: Javier Correa y Fernanda Lauro, pero aclararon que no los consideran “ídolos” sino más bien, modelos a seguir. “Al crecer y al estar en la selección con ellos ves que son personas como uno y les pasan las mismas cosas que a nosotras. Lo que sí admiramos es su fuerza de voluntad y su determinación para seguir entrenando (NdeR: Lauro tiene 30 años)”, manifestaron.
El camino para ellas recién comienza, por el presente se puede deducir sólo un futuro lleno de éxitos deportivos. Y ellas se permiten soñar. “Mis objetivos son poder participar en un Mundial de canotaje y en los Juegos Olímpicos”, admitió Antonela. “Mi mayor sueño es seguir todos los años que me quedan entrenando en la selección argentina y llegar los más alto posible, mi meta es lo más alto”, concluyó Trinidad.