LA NUEVA VIDA DE GARCÍA
El turco en la lucha
(Por Angelo Lazzaretti) Claudio Omar García fue un jugador talentoso y único dentro del fútbol de fines de los ochenta y noventa. Hoy, el Turco es director técnico en Venado Tuerto y lucha contra su adicción a las drogas. García habló sin tapujos, reflexionó sobre las diferencias del fútbol de hoy con respecto al de sus años y señaló algunas de las causas de la sequía de títulos del seleccionado nacional. Como técnico, analizó su paso por el fútbol y proyecta sus años venideros, emparentados con el cuidado y recupero de chicos inmersos en adicciones.
García debutó en Huracán de Parque Patricios en 1981, donde jugó hasta 1986, año en que pasó a Velez. Más tarde emigró a Francia y en 1991 llegó a Racing, donde se convertiría en ídolo y hombre de la casa. También pasó por Colón, All Boys e Independiente Rivadavia, donde logró un ascenso y decidió retirarse. Jugó 470 partidos en Primera y consiguió 91 goles. Además, disputó 13 partidos oficiales con la camiseta de la selección nacional y marcó en tres oportunidades. Diferencias con Carlos Bilardo lo hicieron renunciar a la selección en 1984 tras una pretemporada en Mar del Plata.
- Se dice que sos el último ídolo de Racing. ¿Por qué crees que la gente te tomó tal cariño teniendo en cuenta que no saliste de las inferiores del club?
- Por mi entrega. La gente de Racing es de paladar negro, te quiere o te odia. Como decís vos, nací en Huracán y soy hincha del club, pero siempre cuando me ha tocado jugar en otro equipos he dejado todo. En Racing me fue muy bien, a pesar de que no logré un campeonato que era lo que yo quería.
- ¿Qué recuerdos tenés de tus años como jugador?
- Creo que pasé por cosas malas y cosas buenas. Jugar las Copa América en el 91 y el 93; haber salido campeón en el Lyon de Francia; haber salido campeón con Independiente Rivadavia en el Argentino A.
- ¿Cuál creés que es la principal diferencia entre el fútbol que se jugaba en tu época y el actual?
- Lo físico. Hoy por hoy se basa todo en lo físico. Te pongo el caso: hoy gana más un preparador físico que un ayudante de campo y en los años ochenta no ganaba mucho. Hoy está mejor visto el preparador que el ayudante de campo. Así que creo que la gran diferencia pasa por lo físico.
- ¿Qué opinás sobre el desfile de técnicos en cada equipo?
- Es el mal que tiene el fútbol argentino, esto en Europa, cuando yo estuve y ahora mismo, no pasa. El técnico firma por cuatro años y tiene la continuidad, le vaya bien o le vaya mal. Entre Huracán y Racing yo he tenido casi 50 técnicos, en 10, 12 años. Una barbaridad.
Claudio García forma parte del último grupo de jugadores que consiguió un título con el seleccionado nacional mayor. La famosa gira por Europa y su gol frente a Inglaterra son claves en la carrera del jugador. Por eso, el Turco la recuerda bien y establece la diferencia de los planteles.
- ¿Qué te significó hacer un gol en Wembley con la camiseta argentina?
- Eso fue lo que me hizo madurar como jugador a pesar de que ya tenía 27 años. Tener partidos internacionales: las dos Copa América, dos eliminatorias. Creo que fue lo máximo. Yo siempre digo, lo que mas ansía un jugador son dos cosas: primero, llegar a primera, y una vez logrado eso jugar en la selección. Y esas son las cosas que me pasaron y estoy muy contento y agradecido con mi carrera.
- ¿Cuáles son las causas de la sequía de campeonatos para el seleccionado mayor?
- Yo creo que pasa, sin desmerecer a nadie, por el tema de que la selección ya no es la del pueblo. Cuando estábamos con Basile éramos la mayoría jugadores del medio y algunos que venían de Europa. Hoy por hoy la selección argentina es europea. Fijate que jugadores del medio no hay muchos, solo uno o dos, después el resto vienen, juegan y se van. Es así como está el futbol por el tema de lo económico. Pero yo creo que ahí está la diferencia.
Cuando se encontraba en un momento complicado respecto a su adicción a las drogas, su amigo Osvaldo Fernández le ofreció la dirección técnica del Club Sportivo Juventud Pueyrredón, un club de bochas de Venado Tuerto, que comenzaría a competir en fútbol. Así arribó el Turco García a la ciudad del sur santafesino.
- ¿Cómo se gestó tu llegada al Club Pueyrredón de Venado Tuerto?
- Me llamó un amigo mío de Venado y me dijo "Mirá, voy a poner fútbol en el Club Juventud Pueyrredón, que es un club de bochas". Y así se dio, vinimos, empezamos de a poquito, salimos campeones en Segunda división. Y bueno, mi objetivo ahora es salir campeón en la A. Y más adelante dirigir algo mejor, sin desmerecer al Club Pueyrredón. Dirigir algún club de Primera en la ciudad de Buenos Aires. Esto ya está hablado con el presidente, si hay posibilidades me voy a ir.
- ¿Cómo te recibió la ciudad?
- Bárbaro. Siempre fui un tipo de perfil bajo. Por eso la gente conmigo se portó muy bien. Soy un agradecido, por eso me gusta esta ciudad. Quiero quedarme un tiempo más acá, luego irme a dirigir afuera y algún día volver.
Sus años de deportista terminaron y fueron determinantes. Él mismo declaró en algún momento que de no ser por el fútbol, las cosas en su vida hubiesen sido muy distintas”. Su adicción lo acompañó durante muchos años pero ahora hace tres que está alejado de las mismas tras un tratamiento que García empezó durante el 2007 en Villa María, Córdoba. El ex Huracán se encuentra hoy luchando contra las adicciones de chicos en un centro de rehabilitación que apadrina en Romang, a 258 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe.
- ¿Cómo viviste tu retiro?
- Cuando tomé la decisión ya la venía barajando. Tenía mucho para perder y poco para ganar. Y por eso, yo dije “bueno, si juego bien van a decir que es porque tengo un nombre, y si juego mal van a decir que estoy robando”. Vi que era el momento justo cuando salimos campeón con Independiente Rivadavia y ahí tomé la decisión.
- Siempre hablaste libremente sobre tu salud. ¿Cómo estás hoy?
- Óptimo, bárbaro. Gracias a Dios he conocido a José Mena, quien tiene una panadería en Venado y justamente con él seguimos sacando chicos de cualquier adicción. Hace ya casi tres años que no consumo, lo siento en el día a día, lo siento con los jugadores, lo siento con la gente de Venado que me ha respetado y tratado bien, mismo cuando estuve mal, sobre todo al principio. Hoy por hoy estamos trabajando con gente de Venado, tenemos un comedor que se llama Hora Feliz y, por otro lado, apadrino un centro de rehabilitación al norte de Santa Fe.
- ¿Crees que es una forma de ayudar?
- Seguro. Siempre y cuando quiera uno, yo nunca negué mi pasado. Por eso ahora me llamaron para hacer algunas charlas en las cuales pueda seguir aportando datos. Y que más que una charla sea un debate, con los padres, con todos. Contarles como entré, como salí. Junto a un médico, una psicóloga, para indicar los pasos a seguir. La verdad que ahora estoy muy enchufado en ese tema. Estoy muy feliz.