Sergio Britos: humildad
sacrificio y dedicación
al básquet desde chico
(Por Ezequiel Giussani) Sergio el “Negro” Britos es una persona humilde que le dedicó y le sigue ofreciendo toda su vida al básquet. Primero fue como jugador, donde fue una persona muy querida por todos sus compañeros en los diferentes equipos donde estuvo. Luego fue como director técnico, tras su paso como jugador de Brown, los mismos dirigentes no dudaron y lo llamaron para dirigir las inferiores y las categorías mayores del club san vicentino.
Pero todo comienza con una historia y antes de llegar a vestir la casaca Verde y Blanca, el Negro pasó por varios equipos. Entre ellos están el Club Atlético Sastre, San Miguel, San Antonio de Padua, Unión de Santa Fe y El Ceibo de San Francisco. Como si fuera poco, además integró el Seleccionado del Oeste Santafesino.
Sergio Britos empezó a jugar al básquet a los 5 años, dando sus primeros pasos como basquetbolista en el Club Atlético Sastre, que es de su ciudad natal. Cuenta que al principio era aguatero y que de a poco los jugadores grandes que jugaban al básquet lo dejaban tirar al aro.
Fue así que el Negro, apodo por el cual lo llamaban en todos los clubes donde estuvo, empezó a ganar minutos dentro de la cancha y ya a los 13 años de edad integró el Seleccionado del Oeste Santafesino, por lo que contó: “La primera vez que integré la selección era mini, pero jugábamos con aros altos en nuestra zona y de ahí siempre participé en todas las selecciones. Un año me tocó jugar un argentino que fue importantísimo para mí por lo que representaba en aquella época jugar esa clase de torneos. Representar a la provincia de Santa Fe era muy importante y era una meta para la que uno siempre se preparaba”.
Pero a la hora de hablar sobre su forma de juego y sus características, Britos dijo que “era un jugador muy ganador porque siempre iba al frente y no daba nada por perdido”. Además agregó: “No era un gran defensor ya que era un tirador certero, me gustaba tirar mucho al aro y con el correr de los años jugué mucho de base y de ayuda por lo que eso me sirvió para tener doble función”.
Tras sus participaciones en estos equipos le llegó la oportunidad de emigrar a clubes de Buenos Aires. Primero fue en San Antonio de Padua: “El club tenía una cancha muy baja y fui cuando hice servicio militar. Jugué poco y después me fui a San Miguel. Estuve en la Categoría A con San Miguel ese año y medio donde realmente la pasé muy bien, con jugadores importantísimos como los americanos y jugando contra planteles que eran extraordinarios como Obras, Ferro, River o el Boca de aquella época”.
Sergio Britos tuvo la posibilidad de jugar tanto en Boca como en Independiente de Avellaneda, y al respecto manifestó: “Había vuelto de San Miguel a Sastre donde jugué un par de amistosos contra River y Boca. Realicé buenos juegos en cancha completa y la gente de Boca me habló para llevarme a hacer unas prácticas y decidí ir. Después me fui a Independiente de Avellaneda donde también tuve dos pruebas hechas pero nunca tuve una respuesta”. Por último dijo que en Boca sí tuvo oportunidades pero no se dio el pase y por lo tanto no se pudo ir.
Este frustrado paso le permitió jugar en Unión de Santa Fe. En relación a ese club Sergio Britos comentó: “Estuvimos muy cerca de jugar la Liga Nacional ya que llegamos al hexagonal final y ese año ascendían tres equipos y nosotros salimos cuartos. Se fue armando de a poco y como el club siempre estaba apretado medio de plata había un buen americano y se armó un gran grupo, donde luchamos mucho e hicimos un equipo de lo mejor que pasé en mi vida. Creo que la química que había entre nosotros nos hacía ganar y ganar y de que nadie nos tuviera en cuenta pasamos a ser un equipo bien serio y sin nombres rutilantes porque en esa época ascendió Boca, Independiente de Neuquén y Olímpico de Santiago, todos con jugadores estrellas”.
Ya en la etapa final de su carrera jugó el federativo de Córdoba en el Ceibo de San Francisco y contó: “Fue por un amigo que era el presidente del club y como no jugaba en Sastre y me llevaron por 4 meses y ganamos un torneo en un club muy chico pero de un barrio importante muy amante del básquet”.
Su último paso como jugador fue en el Club Atlético Brown donde tuvo partidos muy importantes y disputó la Liga B que en ese momento era la segunda categoría más importante del país. Sergio Britos admitió: “Más allá que nos tocaba jugar un partido bien y otro no, era un pueblo muy acogedor que vivía y se charlaba permanentemente donde en todos lados se hablaba de básquet y tenía que evitar la cantidad de invitaciones que me hacían para ir a cenar porque siempre la gente estaba pendiente de uno así que fue uno de los recuerdos más importantes, como el día que nos tocó ascender donde el pueblo festejaba y nosotros lo acompañábamos en la autobomba por lo que fue algo inolvidable”.
Pero como todo jugador le llegó el momento de retirarse y fue en este último club donde le abrieron las puertas para que sea el director técnico. Sus dichos fueron que ya estaba terminando la carrera y que se rehusaba a dejar, pero que practicaba con el equipo, daba las indicaciones y a la vez jugaba.
Tras su trayectoria como basquetbolista, desde el 2006 es director técnico de la institución verde y blanca, su capacidad creció mucho hasta ahora gracias al curso que hizo mientras jugaba y a los cursillos en la clínica de entrenadores donde siempre asistió por lo cual será clave toda su experiencia para que este año pueda lograr lo que tanto ansía: dejar al club en el TNA.