EL OBJETIVO MÁS ELEMENTAL
Divertirse y aprender
(Por Ayelén Ares) En el básquet como en todos los deportes, existe una gran diferencia entre la preparación de los chicos en categorías como Mini o Premini (de 9 a 12 años), y en las demás categorías para jóvenes pasando los 12 años, donde los valores ya están sólidos en su vida. Desde el momento en que el niño entra al mundo del básquetbol, comienza a transitar por un proceso pedagógico planificado, cuyo principal objetivo es formar una buena persona, con hábitos deportivos y dotarlo de las habilidades y conocimientos necesarios para el disfrute de este Deporte. “Es muy motivante ver cómo el basquetbol se convierte en un medio de formación para niños, quienes aprenden los valores, de disciplina, respeto y solidaridad entre otros” afirmó Emilio Luna, Coach formativo de mini y premini del Club Atlético Libertad.
Tanto en Libertad, como en los diferentes clubes en los que la formación de los más chicos cumple un papel muy importante, los principales objetivos son los mismos y se basan en ajustar el proceso de iniciación, y orientación deportiva a la edad de los alumnos y a sus condiciones físicas, técnicas y cognitivas. Intentan desarrollar en los niños la capacidad de resolver problemas, de percibir situaciones, tomar decisiones y ejecutarlas en función de un objetivo, inculcarles los valores fundamentales para la convivencia: responsabilidad, respeto, perseverancia, superación y sentido de pertenencia a un grupo. Desarrollar las habilidades motoras básicas y específicas para el deporte, pero siempre respetando la edad del niño, sus posibilidades y limitaciones.
Emilio Luna afirmó que específicamente en categorías como minibasquet y premini, en donde los alumnos que participan son de 9 a 12 años, lo que se intenta es posibilitar el aprendizaje de los fundamentos técnicos del deporte seleccionado a través de juegos. Y agregó: “Todo esto sin olvidar el principal objetivo que es siempre intentar propiciar las condiciones necesarias para que aprendan a convivir en sociedad”.
Está claro que el papel más difícil se lo llevan los entrenadores, ya que son los encargados de enseñar y divertir a los chicos. Y para eso necesitan de una gran capacidad para mantener atentos y contentos a todos los alumnos, aunque no siempre suceda. Guillermo Biondini, director técnico de Minibásquet en Libertad contó: “Los niños son niños, es decir, habrá días que les cueste más entrar en la dinámica del entrenamiento, otros que entrenen muy bien y otros que pensaremos que mejor no haber entrenado, incluso nos plantearemos dejar de entrenar, ya que se pelearán por cualquier cosa, cualquier ejercicio o juego que planteemos lo harán sin ningún entusiasmo”
En muchas ocasiones, las actividades propuestas han tenido poca relación con las aspiraciones e intereses del niño. El excesivo interés por alterar el objetivo de enseñanza en vistas a una máxima eficacia provoca un desinterés por parte del niño que desea practicar el deporte para divertirse. La magnificación de la técnica como pilar del proceso de enseñanza ha llevado a cometer un importante error, eliminar el placer que el juego genera y sustituirlo por la instrucción. Esto transforma la actividad de juego en trabajo y la atmósfera que se crea se aleja de los intereses del niño.
El proyecto moderno de enseñanza de los deportes va contra la corriente tradicional de la enseñanza mecanizada y aburrida de las técnicas deportivas, donde el niño no jugaba hasta que no dominaba un conjunto de técnicas consideradas elementales para el juego. Este cambio que se aplicó está referido al inicio del niño en la actividad deportiva, ya que este tipo de entrenamientos producía aburrimiento en los chicos de 9 a 12 años y provocaban el abandono del deporte.
Cuando hablamos de competencia en los niños como un medio para el aprendizaje o como parte del proceso de formación deportiva. No está mal si los chicos compiten por si mismos, el problema se presenta cuando los mayores toman parte de esa competencia y sobre valoramos el resultado y le hacemos ver el hecho de haber perdido un partido como una derrota, o el haber ganado como que es el gran campeón y que el niño que fue su adversario debe ser destruido.
“Lo que mas debería preocuparles a los papás es quien es el profesor que le da las directrices a su niño. Deberían fijarse en qué valores les inculcamos —reflexionó Guillermo Biondini y agregó—, creo que el mensaje es claro en las categorías Premini en nuestro club. Es recreativo, eso significa que es más importantes el desarrollo de nuestros niños que el resultado, por eso llama la atención cuando hay personas en las tribunas que se preocupan más por no perder que por otras cosas”.
El público en estas categorías de base, en su mayoría son los padres. Muchas veces presionan, en ocasiones en exceso a jugadores propios y contrarios. Por eso se debe reflexionar sobre el comportamiento en los partidos y en la labor que cada día se intenta realizar con niños. De otra manera la difícil tarea de educar jugando, queda mediatizada si los deportistas no se ven reforzados en sus casas. El sentido de autoridad y de respeto hacia el entrenador, el árbitro y hacia el equipo contrario, los niños pierden consistencia si no se mantiene un criterio de equidad y deportividad, y así es difícil lograr los objetivos planteados.