Un campeón que no se
conformó estando afuera
El Nacional ganado en 1980 por Central tuvo a Carlos Magistral
en el banco, pero el defensor la peleó hasta que se consolidó
(Por Federico Boiocchi) El defensor fue un ex jugador de las épocas gloriosas de Rosario Central, no tan conocido como Palma, Gaitán o Bauza, que se mantuvieron en el ambiente del fútbol, pero con grandes historias para contar. Hace 20 años trabaja en una fábrica de autopartes, pero hace 30 salió campeón con la camiseta auriazul en el Nacional. Carlos Magistral se inició jugando en un club barrial, en frente de su casa y luego disputó el torneo interno de Provincial para reforzar unas herramientas que desde el baby fútbol comenzó a emplear en el Canalla, hasta llegar a Primera. En el club de Arroyito pasó varios años intentando conseguir una continuidad que por fin pudo conseguir con Carlos Timoteo Griguol, el mejor técnico que tuvo según él.
-¿Cómo te calificarías como jugador?
-Un jugador muy bueno, bastante bien dotado. Un consejo que me supieron dar es que no lo supe aprovechar bien a mi momento y que generalmente se mantiene más tiempo el que madura más rápido, pasa que uno en la juventud no le da mucha importancia a las palabras que te dicen las personas más grandes. Realmente te das cuenta cuando creciste y decís “podría haber aprovechado esta oportunidad acá o podía haber jugado un par de años más”, pero en su momento uno se decide a no jugar más y no lo hace más.
-¿Por qué otros equipos pasaste?
-Yo hice las inferiores en Central, estaba en Tercera prácticamente, así que fui a préstamo un año en Atlético Tucumán. Volví a Rosario tres años y partí a Loma Negra de Olavarría, después jugué en Renato Cesarini dos temporadas y el resto ya lo hice prácticamente en el interior.
-¿Cómo fue tu trayectoria en Central?
-Yo empecé a jugar en el 75, pero recién en el 78 como titular, cuando se fue Jorge González que había jugado 14 años en Central. Ahí estuve hasta el año 80, dos veces peleamos el torneo Nacional y una vez de ellas salimos campeones, luego me fui a Olavarría.
-¿Qué anécdotas podés recordar de ese Central campeón del 80?
-Anécdotas muchas, no era tan profesional como es ahora para los jugadores, que de chicos ya tienen más responsabilidades. Antes uno se escapaba de una concentración, no cumplía los horarios, generalmente no le daba la importancia que tiene. Una vez yo jugaba de titular y a una charla técnica no fui, y me dicen vení que jugás de arranque y yo sabía que iba a ser suplente. Al final me pusieron de entrada y no fui a la charla técnica, me avisaron en mi habitación que yo jugaba de titular. También lo que me acuerdo es que cuando salimos campeones había un programa de radio nocturno, La Cafetera se llamaba, y andaban en un móvil Ford T viejo. Yo volví a mi casa tardísimo y cayeron a hacer entrevistas a mi viejo y mi hermano a esa hora.
-¿Cómo era tu relación con Don Ángel?
-El tipo no tenía problema con nadie, era una persona muy tranquila, lo que pasa es que uno quiere jugar siempre, entonces por ahí tiene algún roce porque dice “bueno no me pone a mí, siempre pone a otro”. O por ahí con una lesión uno piensa “no puedo jugar y el técnico me quiere poner”. No tuve mayores problemas pero por ahí, si tenía la mala suerte de quedar fuera de los once, me daba un poco de bronca, pero más que eso no pasó nunca.
-¿Con cuál de los jugadores del plantel del 80 te llevabas mejor?
-Muy amigo siempre fue y será José Luis Gaitán, que prácticamente nos conocemos de siempre, también Jorge García. O por ejemplo con el Negro Palma y Ghielmetti jugamos juntos desde los 12 años, de la gran cantidad de pibes que había en ese momento, empezamos jugando juntos los tres.
-¿Cómo es jugar con el Negro Palma?
-Para nosotros era normal, yo jugué tantos años al lado de él que lo cargaba. Era más chico que yo y jugué antes en Primera que el Negro. Ahora veo los programas que se repiten y ahí se nota la diferencia, pero estando al lado suyo lo tomaba normal, como que era uno más.
- ¿Qué recordás del último partido frente a Racing de Córdoba?
-Yo le cuento a los chicos míos que nosotros salimos campeones en Córdoba, paramos y festejamos en el camino, cenamos porque habíamos jugado de noche y llegamos a Rosario a eso de las 5 de la mañana, no había nadie en la calle, así que me bajé Córdoba y Ovidio Lagos y me tomé un taxi para mi casa. No era como la locura que hay ahora que se festeja desaforadamente.
-¿Qué análisis hacés de ese torneo que ganó Central?
-Fue muy buena la campaña que se hizo, no soy de retener resultados, pero muy pocas derrotas hubo. En el primer torneo iban seis fechas y no habíamos perdido nunca. Me acuerdo que era muy buen plantel el que había y era normal sacar buenos resultados, a partir de ahí era más fácil ganar en Buenos Aires y en ese momento ya un empate era complicado. Y presión había pero ahora es distinto por el hecho que es más duro el torneo, son torneos cortos y no te dan mucha recuperación. Antes era más largo y nosotros de irnos al descenso jamás pensamos, ni tampoco mirábamos la tabla de abajo.
-A fin del año pasado jugaron el partido de las estrellas. ¿Qué sensaciones te dejó haberte reencontrado con los muchachos?
-La verdad que fue espectacular, con algunos me sigo viendo pero había otros que realmente tenía que preguntar quiénes eran y lo mismo pasaba conmigo, que ahora uso pelo cortito y lentes. Era una risa cuando nos veíamos con otros después de 30 años, la verdad fue muy bueno, aparte enterarme en qué anda cada uno.
-¿Vos descartás la posibilidad de ser técnico o manejar inferiores?
-Me parece que hay que tener ya una vocación, una paciencia y un tiempo que realmente no tengo. No me llamó la atención ir a hacer un curso de técnico, tuve oportunidad porque me vinieron a buscar, pero nunca me gustó. Además una vez que dejé de jugar me dediqué a estar con mis amigos y jugar torneos como el de Provincial.
-¿Qué recordás de tu paso por Tucumán?
-Lo de Atlético Tucumán fue una cosa medio rápida porque en ese tiempo jugaba en Tercera y lo que me vino muy bien fue que me fui a préstamo, jugué seis meses en el Metropolitano y cuando llegó el Nacional me quisieron dos equipos de Tucumán para jugar, también Instituto de Córdoba. Central pidió un préstamo alto en dinero y no hubo arreglo así que no jugué el segundo torneo, pero me vino muy bien que cuando volví a Central me tuvieron mucho más en cuenta que antes de irme. Justo se dio la casualidad que Central contrató a Griguol que venía de México, así que le dieron mi informe y me tuvo muy en cuenta, entonces a partir de ahí ya prácticamente empecé a estar con el plantel de Primera.
-¿Griguol entonces es el mejor técnico de tu carrera?
- Sí, aparte como persona era espectacular, prácticamente el tipo me daba consejos de un padre, más que nada estando en Primera o ya cuando lo había tenido en inferiores. Lo importante era que cuando ponía un jugador lo bancaba a muerte, no es que te ponía por un partido. Si él te sacaba no podías protestar nunca porque vos interiormente sabías que lo hacía porque andabas mal. Muy lejos fue el mejor que he tenido.
Alejado del fútbol Carlos Magistral recordó con emoción su pasado como jugador y sobretodo el campeonato que logró con el club de sus amores: Rosario Central.