25 octubre 2010

Carreras truncas por malos manejos

LOS REPRESENTANTES
Un negocio redondo

(María Daniela Rodríguez) El fútbol es el sueño y anhelo de muchas personas, que desde muy chicos lo empiezan a jugar y buscan llegar a lo más alto. Nada importa en ese camino, dejan pasar la vida, la familia, los amigos. El único deseo es ser una gran estrella, aunque más de una vez eso se vea interrumpido por un obstáculo imposible de sortear.

Algunos chicos son representados por sus propios padres. Otros eligen a una persona dedicada a este negocio y, claro, con el riesgo que esto implica, ya que en más de una oportunidad pueden ser engañados, sobre todo por la gran industria que representa el fútbol. Cristian “Chiri” Colusso y Diego Centurión llegaron por distintos caminos a lo más alto. El primero fue muy reconocido por haber jugado en Rosario Central y por su paso por el fútbol español y mexicano. El segundo, jugador de la Liga Cañadiense, no con tanta fama, también logró su objetivo, ya que pasó por Banfield, el seleccionado sub-17 y también por el fútbol de Bulgaria. Distintos caminos, mismo final: ambos fueron engañados por sus representantes, dejando todo sueño a la deriva.
Las secuelas son inevitables. Hoy ya fuera de este deporte como profesionales, resignaron su pasión por la mala jugada del destino. Sin embargo, despuntan el vicio con amigos, o en alguna liga, a cambio de nada, o de algunos pocos pesos. El tema es simplemente seguir unidos al deporte de sus amores.
La historia de Cristian Colusso si bien es conocida, guarda cierto misterio, ya que él pudo seguir jugando luego de haber sido engañado, pero le costó mucho tiempo volver a posicionarse. Un futuro brillante se esperaba para este jugador, aunque con representantes en el medio, todo cambió. “Hace mucho que voy al psicólogo y eso me ayudó a desarrollar la carrera. Muchas veces uno se pregunta ¿qué pasó? o ¿por qué pasó? El tema es que hubo cuestiones fuera del fútbol con representantes y lo que lo rodea”, contó Colusso con signos de indignación, por la forma en la que tuvo que desarrollarse como profesional.
Además agregó que las personas que están fuera del negocio del fútbol, no tuvieron “un buen comportamiento”, porque ellos hacen sus “tramados” y “aconsejan muy mal a los chicos”. Hubo varios momentos difíciles en la vida futbolística del “Chiri”, uno de ellos fue su transferencia al fútbol español: “Lo de España lo hubiera querido evitar, porque tuve problemas con la gente que me llevó y eso me fue cerrando puertas. Un poco me cortaron la carrera”, se lamentó. En cuanto a los pormenores de ese negociado, Colusso comentó que a él lo vendieron en 500 mil dólares en Rosario Central y al Sevilla de España llegó por un millón doscientos mil. Fue ahí en donde los dirigentes de ese equipo pensaron que los habían estafado y de esa manera lo empezaron a perseguir y a investigar minuciosamente, hasta descubrir que él nada tenía que ver, pero al momento nefasto no lo pudo evitar. El mal negocio había sido por parte de la persona que lo representaba, de la cual no quiso dar el nombre.
La historia de Diego Centurión fue muy similar a la de Colusso, con una carrera totalmente ascendente, con miras a lograr cosas importantes. Aunque la vida le tenía preparada una sorpresa ingrata. “Estaba jugando en Banfield y me dice mi representante que había una oportunidad jugosa para irme a Bulgaria, imaginate que en ese momento tenia 24 años y quería ser Maradona. Acepté, pero cuando llegue allá, todo lo que me había pintado era absolutamente mentira. El me pintó una cosa hermosa y ese castillo de sueños se desvaneció enseguida”, contó el Negro, como lo llaman sus amigos.
Como a muchos jugadores, las ganas de seguir en esto se debilitaron y prefirió dejar el fútbol profesional para resguardar su integridad mental. “Estuve muy bajoneado, con psicólogo y todo. No entendía qué me había hecho ese tranfuga. Me quedé un tiempo más en Bulgaria, pero la cabeza se me volaba, me comía la bronca, así que agarré todo y me volvía a mi casa. Acá con mi familia, la cosa era más fácil”, aseguró.
Además explicó que el principal motivo del engaño fue lo económico, ya que su representante le había ofrecido un contrato jugoso e importante y sin embargo lo dejó en la ruina total. “Todo lo que había conseguido se esfumó en un minuto. Y encima, ni un auto, ni un departamento alcancé a comprarme, eso es lo que más bronca me da”, agregó.
Hoy en día ambos sólo juegan al fútbol por el amor a la redonda, porque es lo que saben hacer y lo disfrutan sin responsabilidades. En alguna Liga de Santa Fe o en el caso de Colusso, el Súper 8, donde se encontró con ex jugadores y amigos de Rosario Central, encontraron un espacio en donde seguir jugando. De igual manera, los episodios que cada uno tuvo que vivir son sin dudas la marca que tendrán para toda la vida. Aunque, como dicen, de lo malo se aprende, cada uno rescata lo bueno y viven su vida de manera tranquila, con sus trabajos, fuera de la profesión y con su familia, lo principal para ellos.