“Lo que me pasó no se
lo deseo a nadie”
Gustavo Vallejos siempre practicó deportes pero luego de un
suceso que marcó su vida, comenzó a incursionar en el atletismo
(Por Rocío Galán) Muchas veces suelen escucharse historias a las que muchos deciden catalogar como “verdaderos milagros”. El caso de Gustavo Gabriel Vallejos podría coincidir perfectamente con esa definición. Tiene 32 años y hace un poco más de tres sufrió un accidente automovilístico que le produjo graves consecuencias. Luego de estar en coma, engordó quince kilos y tuvo que superar una “amnesia progresiva” después del golpe. A partir de allí, volvió a nacer y no se rindió. Encontró en el deporte, básicamente en el atletismo, un camino hacia la salida de todos sus males.
-¿Qué encontraste en este deporte en especial?
- Es bueno porque es un deporte en el que yo encontré cosas que otros deportes nunca me hubieran dado. Yo hice deporte toda mi vida, jugué al fútbol, hice prácticas de rugby pero no jugué, pero jugué al fútbol en Central, Deportivo Armenio, Central Córdoba y nunca me había gustado correr. Pero en el atletismo el ambiente es inentendible, capaz que estás corriendo con un chico que es barrendero, un arquitecto, también hay futbolistas. Es otro ambiente.
-¿Después del accidente, cómo fue que empezaste a correr?
-Al sufrir un accidente automovilístico en la entrada de Villa Gobernador Gálvez, me golpee el cerebro, quedé con algo parecido a un ACV, pero nada más que progresivo. Es un golpe en el cerebro progresivo, quiere decir que perdí memoria, todo. Pero fui recordando todo. Hasta me había olvidado de correr, horrible. No se lo deseo a nadie. Engordé 12 kilos y pensé que no iba a poder estar nunca más bien. Empecé a trotar con un grupo, a correr. Me enteré que el cerebro tiene memoria deportiva, empecé a reaccionar bien con los tiempos. Me gustó, hablé con mis médicos, me empecé a entrenar y hoy en día estoy corriendo. Hasta puedo correr siete, ocho horas sin parar. Pero en coma estuve dos horas o tres.
-¿Ahora cómo es un día normal de tu vida? Ya que pudiste recuperarte totalmente.
- Me levanto, voy a trabajar hasta las 18.30 (NdR: trabaja como asesor comercial en el Diario La Capital) y después entreno todos los días, mínimo una hora. Son más o menos 70 kilómetros semanales. Eso incluye tiradas. Entreno en el Estadio municipal y en el Eurogym de calle Corrientes. Y además un cuidado específico de comidas, que yo no lo hago mucho, con eso andaría un poquito mejor y casi siempre tenés un maratón o dos por mes. Aproximadamente en un año corro 15 maratones.
-¿Cuál es tu próxima meta en el deporte?
- Ahora me estoy preparando para un Ironman (hombre fuerte). Voy a ver, porque quiero andar bien. Y estoy queriendo empezar lo que es ciclismo, que nunca hice en mi vida. En un Ironman, que es el maratón más forzado para un hombre, se corren 180 kilómetros en bicicleta, 42 corriendo y alrededor de 7 kilómetros nadando. Pero es a futuro, porque me tengo que entrenar un año.
-¿Qué es entonces lo que más querés rescatar del deporte?
-Siempre el deporte brinda todo. Si ves a la gente que corre en silla de ruedas... Yo corrí un maratón y me emocionaba corriendo, y por éso bajé los tiempos. Vas corriendo y te pasa, no sé, un tipo que es rengo y vos vas rápido. Y el loco va corriendo y ves cosas que te emocionan. El deporte saca chicos de la calle, cura. Es algo maravilloso.
Algo maravilloso, así define Vallejos al deporte, cuya importancia en sus días es vital. Y no es para menos, porque después de volver a nacer, encontró en el atletismo su cable a tierra. Y, por qué no, su salvación.