Cuando los intereses
acaban con el deporte
Tras dos años y medio, por primera vez se habla de la abrupta
desaparición del voley en Club Náutico de Villa Constitución.
(Por Bruno Bedetti y Romina Paiz) Uno de los acontecimientos más relevantes y controversiales del deporte que dio la ciudad santafesina de Villa Constitución fue la desaparición abrupta y sorprendente del voley en el Club Náutico. Cuando a través de esta disciplina la localidad comenzaba a tomar relevancia deportiva a nivel nacional, cuando los logros eran cada vez más rutilantes y sus jugadores alcanzaban seleccionados provinciales y nacionales, una nueva dirigencia con pensamientos muy disímiles a las que venían administrando el club se encargó de echar por tierra toda disciplina competitiva que no fuera náutica.
Fueron dos años (desde el 2007 al 2009) en los que distintas actividades deportivas fueron perdiendo su espacio en el club hasta su desaparición. Fue un año y medio lo que tardó la renovadora comisión (encabezada y dirigida por Guillermo Bongiovanni) en desintegrar doce años de sacrificios y crecimiento constantes hasta llegar a alcanzar el reconocimiento y respeto del voley del club en el país.
A poco más de dos años de la desaparición del voley en Náutico aún quedan secuelas en el ambiente del deporte en Villa Constitución y distintas versiones del acontecimiento fueron tomando forma. Versiones que involucran desde intereses personales del entonces presidente del club, Guillermo Bongiovanni, tanto por su afinidad con el presidente de la Asociación de Voley Nicoleña, como por sus inconvenientes personales con la directora técnica, Melisa Almirón, y el presidente de la subcomisión del voley del club, Oscar Corsetti. Así también por presuntos problemas económicos que conllevaba la disciplina y simples decisiones dirigenciales.
Guillermo Bongiovanni
Todas las miradas apuntan a un mismo hombre. El ex presidente de Náutico Guillermo Bongiovanni (su mandato fue del 2007 al 2009) es el principal blanco que llevó no sólo a la desaparición del voley en el club sino también a la de otras actividades deportivas.
“Bongiovanni tuvo pasado en el voley es por esto que estábamos contentos con su llegada, pero al final fue todo lo contrario”, comentó uno de los principales integrantes de la comisión de padres del voley del club, Gustavo Camilatti.
A esto, quien fuese delegado titular del voley, Horacio Henríquez, añadió: “Siempre jugó al voley y a sus dos hijos los mandó a Ribera y a Talleres, nunca en su club. Eso es de una mentalidad media rara”.
Además, Camilatti remarcó que habían muchos socios que no sabían todos los logros que alcanzó este deporte en el club y enfatizó: “Bongiovanni nos dijo que Náutico nunca tendría que haber tenido voley”.
“Nosotros le decíamos que no podía llegar y eliminar una actividad que tenía más de diez años. Llegó a la presidencia, borró todo lo que habían hecho las anteriores dirigencias, hizo desastres y se fue”, sentenció Camilatti.
Deportes competitivos vs. escuelas de formación
Uno de los motivos que se dieron desde lo más alto de la dirigencia fue que el club no pretendía mantener deportes a nivel competitivo sino que prefería escuelas de formación. “Ellos decían que se podía llenar el club sólo con escuelitas para desarrollar distintos deportes, pero hoy no hay más que actividad náutica”, destacó Susana Seret, una de las precursoras del voley en Náutico, socia y madre de un jugador del club.
Además, Oscar Corsetti, presidente de la subcomisión de voley, delegado suplente del voley y padre de uno de los jugadores de Náutico, se refirió al tema y enfatizó: “Apenas subieron al mando marcaron línea, donde no consideraban la competencia deportiva como válida para el club. Ellos sólo querían escuelitas para llenar los playones”.
También Norma Ruzzo, madre de dos jugadoras del club, subrayó que a Bongiovanni “le interesaba el voley como escuelita y no al nivel competitivo que había alcanzado Náutico”.
Problemas con Marisa Almirón y Oscar Corsetti
Otra de las versiones en cuestión es el presunto inconveniente personal que tuvo Bongiovanni tanto con Corsetti como con la entrenadora del equipo femenino de voley del club, Marisa Almirón. “Bongiovanni tenía problemas con el presidente de la subcomisión de voley de Náutico y la entrenadora”, remarcó Ruzzo. A lo que agregó Henríquez: “Su jugada fue apuntar a todo el mundo con el dedo. Por ejemplo, decían que Corsetti había robado. Para ellos todos robábamos”.
A su vez, el ex delegado titular del voley comentó que también desde la directiva manejaban la idea de que al tener sus hijos destacándose en el voley del club tenían intereses personales. “Hay algo claro, el voley no es de dos o tres sino de un equipo. Era el grupo lo que a nosotros nos importaba”, sentenció.
En cuanto a sus problemas con Almirón, Henríquez aclaró que se presentó la posibilidad de que la entrenadora dejara su cargo y poner a otra persona al frente del equipo con tal de seguir compitiendo. “Llegar a la categoría máxima hubiese sido un logro único para Villa Constitución. Pero tampoco les interesaba éso”, se resignó.
Problemas con la Asociación Nicoleña
Como si fuera poco, su amistad con el presidente de la Asociación Nicoleña de voley, Pablo Bent, y los inconvenientes importantes que surgieron en torno al mandamás de este deporte en San Nicolás lo marcaron aún más como el principal responsable de lo acontecido. “La Asociación Nicoleña también puso su granito de arena para que esto pase porque Náutico se pasó de su liga a la rosarina –explicó Camilatti–. Entonces cuando se le fue el mejor equipo hicieron todo lo posible para que no podamos jugar en otro lado”.
A esto Henríquez amplió: “Cuando Bent se enteró de que habían chicas jugando en la selección de Rosario nos dijo que ellas tenían que hacerlo para la de San Nicolás. Y cuando le dijimos que no iba a ser así nos amenazó remarcando que el presidente que estaba por asumir (Bongiovanni) era amigo suyo y que se nos iba a acabar el voley”.
“Esto lo repitió cuando como delegado le llevé la renuncia a su asociación y llevábamos a Náutico a jugar a Rosario. Me señaló con la carta y me dijo que no me olvide que Bongiovanni era amigo suyo”, reveló el ex delegado del voley.
Números rojos
Por otro lado, uno de los grandes inconvenientes que tuvo que sobrellevar el voley de Náutico en su última etapa fue la falta de recursos monetarios invertidos en su adecuado desarrollo. “Bongiovanni siempre decía que el voley le daba pérdidas al club y después se contradecía al jactarse que tenía más del diez por ciento de la población de la ciudad asociada. Más de 7 mil personas pagan 150 pesos por mes, ¿para qué?”, destacó Henríquez.
Además, Jorge García, otro de los principales integrantes de la comisión de padres del voley del club, reveló: “En una reunión en donde estaban muchos padres y la comisión directiva del club el presidente dijo que el voley le daba pérdida, entonces le pedí el balance y jamás me lo mostró”.
Dentro de un marco en donde se invirtió poco dinero en el voley durante su última etapa, Ruzzo recalcó que Náutico es “un club con superávit y está lejos de estar en quiebra”. A lo que Camilatti añadió: “Se habían comprometido a un montón de cosas y nunca pagaron nada en cuanto a inscripciones y viajes de los chicos”.
“Además tuvimos el gran problema de que como Náutico es un club de elite la gente decía que no necesitábamos ayuda económica de nadie. Pocos saben que la teníamos que remar siempre… nosotros sí que hacíamos remo”, ironizó quien fuera el delegado del voley del club.
Un gimnasio para el voley
El principal punto de la discordia económica fue la construcción de un gimnasio para que el voley pudiera desarrollarse con normalidad. “Los chicos tenían que entrenar en un gimnasio alquilado que costaba 800 pesos por mes y sólo durante la época de competición”, contó García.
Pero con el paso del tiempo el club dejó de pagar el alquiler del gimnasio San Pablo y el voley debió ingeniárselas para salir adelante. A lo que García detalló que en el invierno del 2008 se quedaron sin dónde entrenar y tuvieron que hacerlo al aire libre, a las diez de la noche en el playón del club.
Es por esto que lo primero que se le planteó al presidente fue conseguir un lugar alternativo para poder seguir con la práctica del deporte. “Para que veas la ambigüedad de Bongiovanni, me dijo que estaba dispuesto a pagar por adelantado a cambio de conseguir un gimnasio. Se hacía el preocupado”, tiró Henríquez.
“Yo había conseguido el club Constitución pero lo rechazó. Entonces fuimos a San Pablo, el lugar donde siempre practicamos, y le pidieron 6 mil pesos para poder poner el cielorraso de alambre por seguridad. Por supuesto que no aceptó”, concluyó el ex delegado.
Aún más conflictiva fue la decisión de la directiva del club cuando construyó un quincho a la vera del río Paraná. “En un momento de desesperación en una de las reuniones, una chica le preguntó si en vez de gastar tanta plata en los quinchos por qué no hacer un gimnasio y la directiva respondió que porque les gusta tomar vino mirando el río. Eso nos quedó marcado”, recordó Henríquez.
La desaparición
A pesar de las distintas reuniones que se realizaron y el esfuerzo de gran parte de los que estuvieron vinculados a este deporte no hubo marcha atrás en la dirigencia y a mediados del 2008 el voley dejó de existir en Náutico. “No viví la última etapa en que se disolvió el voley porque había renunciado a mi cargo. Pero lo que tengo claro es que se fueron quitando recursos y dificultando las cosas”, comentó Camilatti.
Es por esto que Henríquez acentuó: “El voley era una disciplina bien encaminada, estructurada y con logros. Todo fue un capricho, una locura y una estupidez de Bongiovanni”. A lo que Camilatti completó remarcando que “cuando más peso había alcanzado el voley del club en la zona le cortaron las piernas a todos los jugadores”.
Tanto el ex delegado del voley como Susana Seret destacaron que la pérdida fue más allá del club sino que repercutió en Villa Constitución. “Destruyeron el poco deporte competitivo de nivel que había en la ciudad”, tiró una de las precursoras del voley en Náutico. Mientras que Henríquez se resignó: “Y pensar que todo pudo haber sido producto de los villenses”.
Meses más tarde, con el cambio de la directiva las esperanzas se renovaron. Con la asunción a la presidencia de Claudio Martín (aún continúa su mandato y no quiso referirse al tema) se le pidió una reunión para tratar el tema. “Fueron todas las personas que tenían que ir menos él. Está claro que sigue con la política de la dirigencia anterior”, dedujo el ex delegado.
Lo sorprendente es que Martín conformó la subcomisión de voley durante su existencia y su hija siempre practicó el deporte en el club. “Hizo todo en contra del propio voley y de su hija”, concluyó Henríquez.
Sin deporte y en la calle
Aunque no sólo la hija del actual presidente se quedó sin voley en el club, sino también más de setenta jóvenes, los principales perjudicados en toda la revuelta. “No le importó nada los chicos, los dejó a todos en la calle”, se sulfuró García.
Una de las afectadas fue Agustina García, una de las mejores jugadoras que dio Náutico. “Cuando nos separaron fue terrible porque teníamos un grupo muy lindo y estábamos ilusionadas de volver a un Nacional”, explicó. A lo que la actual jugadora de Normal 3 subrayó: “Cada una tuvo que buscarse un club y a muchas les costó ya que de los otros equipos de Villa Constitución nos miraban mal”.
Por si fuera poco no sólo tenían el problema de la aceptación de los equipos villenses sino que también sufrieron dificultades para cambiarse de club. “La gente de Náutico no se enteró que pasó mucho tiempo para poder desafiliar a las chicas. Les retrasaron los papeles para que no pudieran fichar para otro equipo y se les cerraran las puertas”, enfatizó Mariela Seret, madre de una de las ex jugadoras del club.
“Pagaron una multa de cinco mil pesos para dar de baja al equipo en mitad de año y las chicas quedaron varadas y sin poder afiliarse a otro club. Muchas jugaban en la selección rosarina y no podían quedar paradas”, remarcó García.
Por encima de la relevancia de dejar a sus jugadores de buen nivel sin equipo y con la imposibilidad de incorporarse a otro club, Mariela Seret destacó: “Mas allá del nivel que se perdió, lo importante acá es que a los chicos que iban al club como contención social los dejaron en la calle”.
“Después de la tontería de sacar el voley, a Náutico ya no se lo puede llamar más club”, enfatizó Henríquez. Por lo que remató: “Un club está para darle contención a los chicos y no dejarlos en la calle. Eso es un country, nada que ver con un club”.
Con el voley consumado son muchos los motivos que se dieron y seguirán dando para tratar de darle una lógica explicación a un acontecimiento difícil de interpretar por donde se lo mire.
Todos concuerdan que uno de los problemas centrales que motivaron al final de este desenlace fueron los inconvenientes que tuvo Bongiovanni con Almirón y Corsetti. “El voley desapareció por una rivalidad entre personas”, determinó Ruzzo. “Tuvo problemas personales y decidió limpiar el voley”, sostuvo Jorge García.
“Fue un capricho de Bongiovanni –amplió Susana Seret–. Había muchos problemas con la entrenadora, pero si hubiesen querido la cambiaban y la actividad continuaba sin destruirla”. Tomando la misma línea, el ex presidente de la subcomisión de voley enfatizó: “Hubo algo más que la mala relación entre la entrenadora y el presidente”.
Es por esto que Corsetti enfatizó que el problema fue “netamente político”. “Esta gente tenía otra idea de política deportiva. No apoyaban de ninguna forma el deporte de competencia”, remarcó.
“Subieron con la idea de destruir lo que habían logrado las comisiones anteriores, porque es claro que el tema podría haber tenido otra resolución”, continuó Susana Seret. A lo que Corsetti sentenció: “No es que el voley cayó porque perdió nivel sino porque políticamente tenía que caer”.