18 octubre 2010

Sarmiento, un club joven y futbolero

SARMIENTO Y SU HISTORIA
Fútbol desde el barrio


(Por Gonzalo Carrillo) No es para nada fácil llevar adelante un club de fútbol. Además de los esfuerzos que hay que hacer para tener un equipo competitivo, se deben afrontar las cuestiones económicas. Y a pesar de que la Liga Rosarina no parezca un torneo que implique demasiados gastos, los clubes recién ingresados pueden dar prueba cierta de que las dificultades de ese tipo existen. Y más aún si le sumamos la cuestión estrictamente deportiva, donde a los clubes recién ingresados y con menos nombre les suele costar demasiado engranar en el ritmo de este campeonato ante el poderío e influencia de los más tradicionales.

 Por eso es meritorio destacar el presente del club Sarmiento, que se desempeña en la Liga Rosarina B. Se incorporó al certamen en el año 2007 y a pesar de haber sufrido el descenso a la C, hoy lo encuentra asentado en la categoría B y con intenciones de ascender al máximo escalafón. Claro que haber logrado esa gran campaña no fue nada fácil.
 Germán Saap, actual presidente, cuenta cómo nació la idea de fundar un club de fútbol en la zona sur de la ciudad. “A Sarmiento lo fundó Héctor Vera, quien tenía la intención de crear un espacio recreativo para chicos”. Tras la muerte de Vera, el padre de Saap se hizo cargo de la institución. “Mi papá, Tito Saap, y yo siempre le dimos una mano con el club, por eso mi viejo lo manejó hasta que murió y hoy estoy a cargo yo”, rememora el actual presidente.
 Los comienzos deportivos del equipo de fútbol fueron como participante del torneo interno del club Provincial. Luego de muchas tratativas, en el año 2007 se logró conseguir un lugar en la Liga Rosarina. Pero las primeras trabas comenzaron a aparecer.
“Mantener un equipo en Rosarina no es fácil. Nosotros no teníamos predio, jugadores ni elementos en ese momento, y mucho menos dinero”, explica Saap.
 El club debía afrontar el pago del alquiler del Batallón 121 para poder practicar, ya que no cuenta con un lugar físico propio. Además, no contaba con la cantidad de jugadores necesaria para presentar en las diferentes categorías. Y también tenía que afrontar por ejemplo el pago de la custodia policial por partido y de la propia cancha para hacer de local.
 Con todo este panorama, la campaña del equipo en su primer año en la Liga no podía ser muy exitosa. Ignacio Pizarro, uno de los jugadores que esta en Sarmiento desde aquel tiempo, cuenta cómo afectó esto al equipo. “No tener cancha ni lugar para entrenar te tira para atrás. Había veces que no podíamos practicar porque la cuota del lugar no estaba paga”. Además, Pizarro remarcó el hecho de que al ser un equipo nuevo, los árbitros suelen jugar en contra al no ser un equipo con nombre.
 Esa primera temporada, Sarmiento descendió a la Liga C, categoría que se había creado ese mismo año. Sin embargo, sólo bastó un año para que se recuperara y obtuviera el ascenso y volver nuevamente a la B.
El conjunto de zona sur subió su nivel y mantuvo un invicto de un año y medio como local, jugando en la cancha de Semillero. Esta temporada 2010, logró salvarse dos fechas antes del descenso y promoción. “No era pensado estar así a esta altura. Es un equipo joven, de poca altura”, dijo Pizarro. También remarcó el gran trabajo que se realiza en las inferiores del club, las cuales han luchado por el ascenso y se encuentran peleando arriba.
 Con un presente más alentador que en los primeros pasos dado en la Rosarina, Pizarro se ilusiona y se anima a predecir un buen futuro para Sarmiento. “Para la temporada que viene el equipo está para ascender”, afirmó. Y dio los motivos por lo cuales piensa en grande. “Hay un buen equipo armado para pelear arriba y un mayor compromiso de todos”.
 En cambio, el presidente Germán Saap tiene otros objetivos en mente. “Lo primordial sería conseguir un predio propio para poder practicar y armar nuestra propia cancha para no tener que hacer de locales en otro lado”. Con respecto a eso, Saap contó que están en tratativas para que el municipio le ceda unos terrenos sin uso del Batallón 121, ubicados precisamente frente al distrito Sur. Pero no quiso dar mayores detalles al respecto.
 Sarmiento es un claro ejemplo de cómo a pesar de ser un pequeño club de barrio se puede llegar a ocupar un lugar en la escena de la Liga Rosarina, no sin sufrir miles de problemas y dificultades. Pero a pesar de todo, siempre las ganas y el empeño dan sus frutos.