DEPORTE PARA UNOS POCOS
Sentirse menos que más
(Por Bruno Bedetti) Siempre se dijo que el tenis en la Argentina es para algunos pocos. Que sólo una determinada clase social está apta para poder dedicarse profesionalmente al mismo. Para aquellos que con gran esfuerzo personal y un importante poder adquisitivo puedan llevar a cabo su carrera en este deporte. Uno de los tantos en el país que no tuvo esa posibilidad fue Patricio Altamirano. Un jugador con grandes logros deportivos nacionales e internacionales y que por culpa de una lesión y la falta de apoyo económico debió dejar antes de tiempo la profesión que tanto deseó. Desde enero se dedica a dar clases en el club Independiente de su ciudad natal, Chañar Ladeado. A casi un año de su alejamiento de las canchas como profesional, cuenta sus experiencias vividas por el mundo y las dificultades que tuvo que sobrellevar durante su corta carrera profesional.
-¿Cuándo arrancaste con el tenis?
-De chiquito. Tenía 6 años y fue por decisión propia. Recuerdo que hacía fútbol y tenis en aquella época. Mis viejos no me dijeron nada. Ellos siempre quisieron que lo que hiciera lo realizase de chico y con los años, si seguía practicando algún deporte, lo tomara como un trabajo.
-¿Y en qué momento te decidiste por el tenis?
-A los 12 años se me acortaron los tiempos para practicar ambos deportes. Ya no podía hacer los dos a la vez, por lo que me tuve que decidir. Y opté por el tenis porque me empezó a gustar y me iba mejor que en el fútbol.
-¿Cómo siguió tu vida en este deporte?
-Hasta los 15 años jugaba en el club Independiente, cuando me fui a Rosario a entrenar en Palos Verdes. Pero después de un par de años decidí irme porque no estaba muy cómodo que digamos y era muy difícil trasladarme de una ciudad a otra. Por esto uno de los profesores me llevó a Buenos Aires. Me resultó muy duro vivir en la gran ciudad. También el entrenamiento fue muy distinto. Acá jugábamos y allá era físico y técnico todo el día. En Rosario era mínimo lo que hacía.
-¿Y después?
-Fui escalando de categoría en la G2 y G1. Iba jugando por todo el país. La idea fue participar en torneos de un nivel bajo en el interior del país y disputar los complejos en la zona. En esos años estaba en la categoría sub18 y tenía los puntos necesarios para jugar internacionalmente en juniors. Por esto me fui a otros países como Uruguay, Paraguay y Chile en Sudamérica. En la última etapa viajé a jugar a Europa, en Francia y España.
-¿Cuándo fue lo del viaje a Francia?
-Hace dos años más o menos. Estaba jugando en Roldán y había ganado un par de torneos en Rosario. Por esto, y un entrenador que estaba en aquel país, logré viajar. Fui con cuatro chicos más que entrenaban conmigo. Estuvimos constantemente participando torneos durante dos meses y medio. Capaz que en una semana jugábamos tres.
-¿Qué resultados obtuviste?
-En mi caso fueron buenos, porque mantuve la categoría y no es nada sencillo hacerlo. Llegué a dos finales y a cuatro semis. Con los resultados que logré si hubiera ido al otro año me podía contratar algún club de allá.
-¿Por qué no te quedaste jugando en Francia?
- Son viajes cortos que se hacen porque uno se tiene que pagar todo, desde el viaje hasta la estadía. Son de un mes y medio, pero si económicamente podés seguir quedándote lo hacés. Yo me quedé un poco más debido a que pude ganar algo de plata en los torneos que me fue bien y con eso pude aguantar un mes más.
- ¿En España cómo te fue?
- No me fue tan bien. Jugué una clasificación de future solamente. Fue bastante difícil, había muy bien nivel. De hecho perdimos casi todos los argentinos que participamos.
- Por lo que me decís, tenés que estar bien económicamente para llegar a ser algo en el tenis.
- Sin lugar a dudas. O tenés que estar justo en el lugar indicado, que te vea alguien y te diga que te va a apoyar económicamente durante un tiempo determinado. Te tiene que ir muy bien para que un sponsor se fije e invierta en uno, sino es todo a pulmón. Además, después está en uno tener la suerte de que le vaya bien y poder empezar a vivir del tenis. Eso sería lo ideal.
- Imagino que la responsabilidad es otra cuando hay un tercero financiando la carrera…
- Sí, desde ya. Es todo un tema cuando hay alguien invirtiendo en uno. Es una gran responsabilidad para todo tenista que atraviesa esta situación porque el dinero no sale del bolsillo propio. Ya cuando te dan la plata tus viejos no querés saber más nada. Imaginate, el compromiso es aún mayor.
- ¿Y cómo continuó tu carrera después de tu paso por Europa?
- Cuando volví de allá completé prácticamente el año. Lamentablemente en noviembre tuve una hernia que me sacó de las canchas.
- ¿Cómo te lesionaste?
- Fue muy tonto. Hice un mal movimiento con mi viejo y tuve un tirón. En su momento creí que no había sido nada. Pero cuando fui a entrenar en Roldán me molestaba un poco cada vez que pegaba, por lo que me pusieron un parche para que pudiera jugar.
- ¿Y qué pasó cuando te enteraste que era una hernia?
- Instantáneamente dejé todo y me operé. El médico me dijo que podía arrastrar la lesión un tiempo, pero lo ideal era que parase. Además mucho no iba a aguantar con el fuerte entrenamiento que realizaba.
- ¿Cómo siguió todo tras la operación?
- Tuve que hacer un mes de reposo en mi casa. Después de todo ese tiempo sin actividad ya no fue lo mismo, preferí dejar antes que volver a ponerme en condiciones. Además, jugué unos partidos y sentí molestias. El miedo a volver a lesionarme también ayudó mucho a que dejara.
- ¿No probaste con darte un tiempo hasta retomar la confianza?
- Es que si dejás dos días es como si nunca hubieras tocado una raqueta y resulta muy difícil volver a agarrar ritmo. Es lo que me terminó pasando con la operación. Nunca había pasado tanto tiempo en mi casa y eso me llevó a dejar el tenis como jugador.
- ¿Fue el único motivo por el que dejaste?
- No, tuvo mucho que ver también el tema económico. Sentí que ya había invertido mucho dinero. Mis viejos nunca me dijeron que no siguiera por la plata, es más, siempre me decían que no me hiciera problema. Pero ya no quería ser un gasto por más que hubiese tirado más de cinco años más en el medio. Además hay algo claro, económicamente es todo muy difícil en el tenis. Si no conseguís alguien que te banque es muy complicado.
- ¿Nunca te pusiste a pensar qué hubiese pasado si te ponías a punto nuevamente?
- Todos me preguntan lo mismo. Es muy difícil de contestar algo que no viví. Lo que te puedo decir es que al principio no quería saber más nada con el tenis ni volver a tocar una raqueta. Ya más tranquilo, y viendo que tenía que ponerme a trabajar, decidí dar clases en Independiente.
- Imagino en su momento la bronca que tuviste cuando debiste parar por la lesión después de haber hecho tantos esfuerzos.
- La verdad que sí. De todos modos fue mi cabeza la que dijo “basta, no puedo más”. La realidad es que siempre se puede más. Me faltaba y podía levantar el nivel de juego. Pero el tema de la plata era una gran traba, hace más complejo todo. Es más, te diría que la lesión fue lo que ayudó al aspecto económico a que tomase la decisión de dejar.