01 noviembre 2010

El delantero promesa que no todavía no explotó

Marcos Figueroa, un
gran goleador al que el
manager le jugó en contra

(Por Matías Martínez y Matías Rosconi) A lo largo y ancho del mundo, a través de los años, la historia del deporte se ha ido modificando. En su transcurrir, distintos personajes con diferentes papeles han tomado posición en escena con el objetivo de hacer de su actividad un actor principal. Desde hace un par de décadas, y especialmente en los últimos años, el papel del representante o manager fue tomando un rol trascendente en el ambiente deportivo. Ahora bien, ¿qué rol juegan verdaderamente estos personajes? ¿Qué tan beneficiosos son? ¿Por qué en innumerables ocasiones son el centro de escena en distintas polémicas?

En la ciudad de Rosario se han visto diferentes historias que pueden llegar a aclarar un panorama lleno de dudas. En dos casos particulares, Rosario Central fue protagonista de acontecimientos, al menos, sospechables. En primer lugar, el equipo canalla sufrió los desaires de Milton Caraglio, quien con contrato en el club, viajó a Inglaterra a probar suerte en el West Ham a tal punto que jugó un amistoso con la camiseta del club inglés ante la sorpresa e indignación de los dirigentes y los hinchas que no estaban ni enterados de su viaje. Las lesiones en sus rodillas le jugaron al Gordo una mala pasada y no pasó la prueba en el Viejo Continente, por lo que debió retornar a Arroyito. Sin embargo, para aquellos observadores de la estirpe auriazul, mucho más chocante resultaron las decisiones tomadas tiempo atrás por el joven Marcos Figueroa, quien decidió, al igual que Caraglio, probar suerte en Europa. La historia terminó de una manera similar ya que ambos siguen siendo jugadores de Central pero los matices que se pueden llegar a encontrar pintan un cuadro totalmente diferente.
Con apenas 20 años, Marcos Figueroa es el máximo goleador de la historia de las divisiones inferiores auriazules. Con varias temporadas demostrando entre los juveniles toda su jerarquía y proyección, este delantero fue marcado como una de las promesas canallas. Sin embargo, el destino tomó otro rumbo. Rezagado por jugadores que dejaron más incógnitas que certezas en sus pasos por Primera, Figueroa nunca pudo tener la gran chance de demostrar sus condiciones en la máxima categoría. Con galardones desde chico, recién tuvo su posibilidad en la última fecha del torneo Clausura 2010 enfrentando a Vélez en un encuentro que Rosario Central, en ese momento dirigido por Leonardo Carol Madelón, presentó mayoría de suplentes con el fin de resguardar los titulares para los partidos por la promoción ante All Boys. Hasta entonces, y más allá de los 93 gritos en las menores, nunca fue tenido en cuenta por el propio Madelón, ni tampoco por los diferentes técnicos con pasado canalla.
En dicho contexto, y más aún pensando en la actuación pobre de diferentes titulares, las preguntas caen de maduro. ¿Por qué nunca se le dio la posibilidad? ¿Son únicamente motivos futbolísticos?
Indefectiblemente, los argumentos y antecedentes deportivos no avalan las decisiones de los distintos técnicos. “Es un jugador muy completo, buen delantero, tiene gol, además es un pibe bárbaro. Nosotros cuando llegamos a la Tercera él estaba en Cuarta de AFA porque tenía algunos chicos más grandes adelante. Pero después lo subimos y anduvo bien”, relató haciendo referencia al delantero Roque Cuffaro Ruso, quien fue técnico de Figueroa en la Reserva cuando su hermano Ariel dirigía la Primera. Además, fue sincero con respecto a los rumores de aquellos días: “Gracias a Dios nosotros estamos tranquilos, siempre pusimos o sacamos al que quisimos, nunca nos llamó nadie para decirnos qué jugador debía entrar o no. La verdad, con los representantes nunca tuve contacto. Quizás no era el momento de Marcos para debutar, tenía a algunos jugadores de categorías mayores por delante”.
Con el nivel suficiente como para merecer una chance, y si bien todos los técnicos se encargaron en remarcar que todavía no era el momento de su debut, lo cierto es que la mala relación entre Juan Carlos Silvetti, representante, y la anterior dirigencia de la institución de Arroyito encabezada por Horacio Usandizaga fue determinante en la vida deportiva del juvenil.
Hoy en día, ya con Norberto Speciale al mando del club y con Reinaldo Merlo como circunstancial DT, el trámite no había cambiado demasiado: el jugador viajó a Europa con un permiso firmado por un empleado del club “por cuestiones personales y profesionales” acompañado de su representante. Probó suerte en el Porto de Portugal y en dos clubes de Ucrania, y tras sus frustrados test, retornó a Arroyito, donde nunca tuvo contrato como jugador profesional y ahora se entrena en Granadero Baigorria, apartado del plantel de primera división.
Desde la comisión, el panorama no se aclara demasiado. “El caso de Marcos es inverso al de Caraglio. Milton viajó sin permiso, mientras que Figueroa estaba autorizado, ya que hablamos con el técnico (Merlo) y él dijo que no lo iba a tener en cuenta, por eso se le permitió viajar. Ahora está nuevamente en el club pero no en el plantel profesional”, dijo Rubén Fernández, vicepresidente canalla. Además, se refirió a la relación con los representantes: “Cuando llegamos ellos estaban acostumbrados a una manera de trabajar diferente, a un tipo de manejo diferente. Ellos querían mucho para ellos y los jugadores y nada para el club. Está bien que luchen por los intereses, siempre y cuando no pasen por encima del club. Es una fuerza de intereses entre las tres partes. Con respecto al caso en particular de Silvetti, desconozco cómo era la situación con la anterior dirigencia”.
Por último, Fernández reflexionó con respecto al papel de estos personajes: “Nosotros no estamos en desacuerdo en su figura, son muy importantes para los jugadores, le dan un panorama mucho más amplio, los interiorizan de otras cosas. Aquí lo importante es que actúen con sentido común, siempre se puede discutir de un montón de cosas, pero siempre en el marco del sentido común y la legalidad”.
Por parte de Silvetti, sus declaraciones, muy distantes de aclarar, parecen confeccionadas para salir del paso. Tomando como un asterisco el viaje a Europa de Figueroa, se limitó a las frases hechas: “La relación con la dirigencia es normal. Marcos no está con el plantel profesional, por lo que no tenemos demasiado contacto, pero el campeonato pasado estaba con la Reserva y el trato con la anterior dirigencia era normal, como con todos”. Además, no se guardó su pensamiento futbolístico: “Siempre pensamos que la hora ya iba a llegar, él anduvo muy bien en la Reserva, pero los técnicos nunca lo tuvieron en cuenta. Habrán pensado que no era el momento, no le dieron demasiadas chances”.
Con la parsimonia armada por dos de las tres patas de la mesa, el jugador no sale de dicho contexto y se aleja de toda polémica. “Yo estoy entrenando con la cuarta. Ahora tendré que esperar a que empiece el nuevo campeonato a ver si tengo una chance, ya sea en la primera de Central o en otro club”, sentenció. Y respecto a si en el futuro se ve con la pilcha auriazul o con otra remera, Marcos contó: “No tengo contrato con el club y tengo tiempo hasta el año que viene (cuando cumpla 21 años) para firmar, sino quedo con el pase en mi poder. No sé qué va a pasar conmigo, eso lo maneja mi representante”.
El panorama es complicado de mostrar, los motivos deportivos por los que Marcos Figueroa nunca estuvo en la consideración de distintos técnicos parecen carecer de argumentos valederos a la hora de encontrar explicaciones desde ese punto de vista. En un fútbol devaluado, los antecedentes en inferiores parecen tener real valía en todos los clubes del torneo argentino. Sin embargo, este parece ser uno de esos casos en los que se escribe la excepción.
Con tal marco, el entendimiento de dicha situación corre por otros lados, y a esta altura, todo indica que los motivos por los que en su momento Figueroa no pudo demostrar sus condiciones en Primera hacen referencia a aquella relación tensa entre Silvetti y la CD canalla, antes dirigida por Usandizaga. Mientras que, en los últimos meses, estuvo relegado por una cuestión de gusto futbolístico del ahora ex técnico Reinaldo Merlo.
Los jugadores parecen tener la urgente necesidad de poseer un representante, sin embargo, ignoran el combo conflictivo que viene con ellos. Quizá, este sea un nuevo ejemplo. La única verdad es la realidad: con 93 goles en las inferiores, con el galardón del mejor de la Reserva, Marcos Figueroa nunca tuvo posibilidades en un equipo que se fue al descenso, en gran parte por la falta de contundencia en el arco rival. Claro, sólo el tiempo contará la verdadera historia detrás de escena.