Esperanza profesional
en el rugby argentino
Muchos de los jugadores que se desempeñan en el ámbito local
esperan que se pueda profesionalizar el deporte para mejorar
(Por Javier Echezarreta) El rugby en la Argentina es históricamente amateur y muchos de sus principios básicos están íntimamente ligados a dicha característica. Justamente esta situación impide que en varias oportunidades los padres decidan mandar a sus hijos a practicar este deporte, por tener cierto prejuicio acerca del futuro económico que estos puedan tener en caso de triunfar.
David Dobson y Joaquín Todeschini, jugadores del club Atlético del Rosario, dieron sus testimonios acerca de cuales son algunas de las dificultades económicas principales que se les presentan en general al jugador a la hora de sobrellevar la práctica de rugby. Además expresaron sus opiniones en cuanto a la posibilidad de una futura profesionalización del deporte. “Tenemos que pagar una cuota al club, la indumentaria deportiva también sale de nuestros bolsillos y todos los gastos que hay para entrenar lo costeamos nosotros”, señaló Dobson.
Por su parte Todeschini, que forma parte del grupo elite de jugadores que integran el Plan de Alto Rendimiento (Pladar) de la Unión Argentina de Rugby (UAR), consideró que se está en un momento de transición y que en un corto tiempo se va a ir viendo un poco más la parte profesional en el deporte. Además, admitió que recibe un viático todos los meses, becas para la facultad y una obra social, pero aclaró que esas condiciones tampoco cambiaron mucho con respecto a un tiempo atrás.
En general para el jugador amateur argentino de rugby la actividad deportiva no es más que un pasatiempo, la mayoría trabaja paralelamente para poder subsistir y llevar su vida a cabo. El horario de entrenamiento que tienen pactado en Atlético del Rosario es de lunes a viernes de 19 a 22 y en la mayoría de los casos los jugadores llegan al club luego de finalizar sus respectivas jornadas laborales. Además, dignamente los dirigentes de la entidad se encargan de ofrecerles trabajo a los muchachos del plantel que se encuentran en una situación de desempleo.
Por otra parte, el deseo de la mayoría de los que conforman el mundo del rugby en la Argentina es poder lograr en algún momento tener una actividad totalmente profesional para elevar el nivel de los deportistas y terminar, por fin, con todos los problemas que acechan al jugador argentino. Pero para Dobson es una cuestión que demandará mucho tiempo como para hacerse realidad: “El profesionalismo está muy lejos de alcanzarse porque los clubes no están preparados. Es un deporte históricamente amateur -enfatizó- y existe mucho prejuicio ideológico que gira en torno”.
Además, la realidad indica que la remuneración que los clubes les dan a determinados jugadores no es demasiado significativa y sólo forma parte de un buen gesto que conlleva la intención de poder ayudar a los chicos que se encuentran estudiando mientras juegan. También es cierto que cualquier persona que tenga que mantener una familia no podría dedicarse únicamente a entrenar con ese sueldo. Acerca de esta situación, Todeschini opinó: “Hay mucho por mejorar para que el jugador esté más tranquilo y trate de pensar sólo en rugby. La verdad es que no se si la UAR está utilizando bien el dinero del que dispone pero hay que buscar la forma para que el rugbier se dedique de lleno, rinda con el seleccionado nacional y no tenga que estar preocupándose de que el sueldo no es suficiente para poder vivir tranquilo”.
Por su parte, el jugador de rugby en general no tiene ningún problema para con los jugadores pagos que se entrenan aparte y en forma diferenciada. Por el contrario, siempre remarcan que prefieren jugar con los mejores porque eso les permite elevar el nivel de competencia.
Existen varias voces que afirman que de profesionalizarse el rugby en Argentina se perdería la esencia de ese espíritu amateur que hace tan especial al jugador argentino y por el cual es tan solicitado por los clubes extranjeros. En cuanto a esos dichos Dobson aseguró que “en esa situación juegan mucho los dirigentes y el miedo de que se pierdan las características particulares del deporte”. Pero también afirmó que “la profesionalización del rugby es una cuestión inevitable que va a llegar en algún momento”.
Una realidad es que la mayoría de los jugadores que forman parte de los Pumas participan en las mejores ligas de los países que son potencia del deporte y el jugador de rugby del ámbito local se ve generalmente relegado a la hora de tener algún tipo de chance. En cuanto a esa situación Todeschini opinó: “Lo que pasa es que jugando en el exterior hay otro tipo de exigencia y de nivel. Los mejores jugadores están afuera pero los que están acá también tienen muchas condiciones”.
Finalmente, Dobson se refirió sobre las ventajas que atrae el ser amateur. “El amateurismo hace que uno sienta el deporte y la camiseta de otra forma, pero tampoco creo que el profesionalismo vaya a erradicar todo eso.”, señaló. Para finalizar, el tercera línea de Plaza aclaró que no cree poder llegar a jugar en el profesionalismo. “Van a pasar muchos años para que eso suceda”, sentenció