30 mayo 2011

El entrenador del ascenso rosarino

El técnico que eligen
los equipos rosarinos
Marcelo Vaquero dirigió a Argentino, Central Córdoba y ahora
trabaja como coordinador de las inferiores de Tiro Federal

(Por Marcos Cuenca) En la actual crisis del fútbol rosarino y los constantes cambios de directores técnicos hay uno que se destaca por ser queridos por todos. El joven entrenador Marcelo Vaquero dirigió a Argentino de Rosario la pasada temporada y sufrió el descenso a la primera D pese a que el equipo cosechó 54 puntos. Luego, pasó a la vereda de enfrente y se hizo cargo de Central Córdoba hasta febrero de este año y después de su renuncia al Charrúa fue contratado para ser el coordinador de las inferiores de Tiro Federal.
- ¿Qué significó descender con Argentino de Rosario?
- Una gran frustación. Una buena campaña, 54 puntos, pero no pudimos cristalizarla dejando al equipo en la división. Lamentablemente sufrimos la caída de siete jugadores porque la institución estaba mal económicamente y terminamos en esa situación.
- ¿La salida de Argentino fue netamente deportiva por consecuencia del descenso o hubo algún otro motivo?
- No nos pusimos de acuerdo con el presidente (Daniel Mariatti) en cuanto a la metodología y eso fue el desencadenante de que me tuviera que ir. Aunque después de mi salida pudimos recomponer la relación.
- En Argentino había problemas económicos y eligió a Central Córdoba que estaba en una situación parecida o peor, ¿pensó en eso a la hora de decidir ser el técnico del equipo?
- En Argentino no pudimos mantener el plantel, los chicos se iban y nos tuvimos que arreglar con lo que nos quedaba. En cambio, en Central Córdoba, más allá que hubo problemas económicos a los largo del campeonato, siempre se mantuvo el mismo plantel. Además, llegaron algunos refuerzos como los casos de De Bruno, Lazo y Salas que hicieron que se sintiera menos la ida de Petrovelli.
- ¿Cómo fue tu llegada a Central Córdoba?
- Me llamaron unos dirigentes que estaban cuando me retiré, nos reunimos y acordamos mi llegada.
 - En su arribo al Charrúa pidió refuerzos y entre ellos llegaron varios jugadores que había tenido en el Salaíto, ¿quedó conforme o para afrontar un torneo tan competitivo y largo se necesitaban algunos más?
- Más allá que trajimos jugadores que ya conocíamos nos hubiera gustado traer dos o tres refuerzos más, pero igual arrancamos muy conformes con el plantel que teníamos.
- Los jugadores estuvieron varios meses sin cobrar sus sueldos, ¿cómo se hace para trabajar con un grupo que se encuentra en esa situación y que está no repercuta en el campo de juego?
- Fue muy importante que ya nos conocíamos con los jugadores, eso fue fundamental porque teníamos los mismos objetivos y eso nos hizo ocultar las carencias que teniamos.
- Su temporada, en cuanto a resultados, había sido buena y el equipo se encontraba dentro del reducido, ¿cómo fue trabajar bajo la presión de las amenazas?
- Con el grupo estamos muy bien. Las amenazas fueron de una persona determinada y eso derivo en que decidiéramos dar un paso al costado para descomprimir la situación.
- Nada justifica amenazar a una persona por ningún motivo ¿pero encuentra alguno en este caso?
- Las amenazas las hizo una persona que quería que pongamos a un jugador suyo pero nosotros no aceptamos las sugerencias porque el equipo lo armamos nosotros y, llegado el momento, decidimos alejarnos porque pensamos que era lo más conveniente para el grupo.
- ¿Cuál fue la postura de los dirigentes del club cuando fueron notificados de lo que estaba ocurriendo?
- Los dirigentes en todo momento nos apoyaron y nos pidieron que reveamos la decisión pero como cabeza de grupo de un cuerpo técnico creía que lo mejor era tomar una decisión. La situación se empezaba a poner densa y comenzaba a afectar a terceros, cuando digo tercero me refiero a jugadores o familiares de ellos, era algo que ya no podíamos sostener y dimos un paso al costado.
- ¿La respuesta era la que esperaba o no llenaron sus expectativas?
- A veces hay hechos que no se pueden manejar y es difícil analizar hasta donde nos apoyaron pero los dirigentes nos dijeron hasta último momento que reveamos nuestra posición y nos quedemos. Pero nosotros estábamos convencidos que este grupo de jugadores necesitaba estar tranquilo y que con nuestra salida se podría dar. Sabíamos que si venía otra gente iban a poder trabajar con tranquilidad y la situación se iba a descomprimir.
- En Tiro Federal es un proyecto diferente el que afronta, ¿cómo es esta nueva etapa?
- El trabajo en las inferiores es más tranquilo, los plazos son más largos y además contamos con el apoyo del presidente (Carlos Dávola) y ahora hay que tratar de lograr los objetivos.
- Se fue de Argentino y se incorporó rápido a Central Córdoba y después de su salida del Charrúa comenzó en Tiro Federal, ¿qué significa para usted que su trabajo sea tan considerado?
- Es un motivo importante de orgullo, que me llamen de otras instituciones para que siga trabajando también se lo debo en gran parte a los jugadores porque ellos entran a la cancha.
 - Tiro Federal se encuentra en una situación complicada con el descenso, ¿si el técnico renunciara y le ofrecieran ser el entrenador del primer equipo aceptaría o el DT en Marcelo Vaquero quedó de lado por un tiempo?
- No, no queda de lado. Ser entrenador es el objetivo todavía, pero en este momento tengo la cabeza en coordinar las divisiones inferiores y además hay que apoyar a la primera división y a su técnico. No hay que pensar en lo puede pasar.
- Un profesional siempre tiene aspiraciones, ¿cuáles son las suyas para el futuro?
- Ahora estoy muy cómodo, quiero seguir adelante con calma y seguir aprendiendo en la dirección técnica, aprovechar y aprender de la gente de experiencia, ese es mi objetivo.