17 mayo 2011

El tenis argentino no sale de la arcilla

La ilusión de canchas
duras, hecha polvo
Pese al desempeño de los tenistas nacionales en superficies
rápidas, se continúa priorizando a la arcilla en la región


(Por Juan Pablo Falletti) Es sabido que el tenis argentino entró en la última década en una edad dorada, por lo menos en la rama masculina. Desde comienzos de siglo hasta la actualidad los representantes del país se han encargado de conseguir muchísimos logros para el deporte, incluyendo la conquista de dos Grand Slams: Gastón Gaudio obtuvo Rolland Garros en el año 2004 ante su compatriota Guillermo Coria, y Juan Martín Del Potro se quedó con el US Open del año 2009, arrebatándoselo al suizo Roger Federer.
El tandilense, junto a David Nalbandián, son los dos máximos referentes del deporte de los últimos años, de eso no hay duda. Lo que es sabido también es que ambos son tenistas más norteamericanos que sudamericanos en su forma de juego. Es que se manejan a la perfección en canchas duras, y tienen incorporadísimo los conceptos de saque y volea como nadie en Argentina, priorizándolos por sobre la resistencia física y los puntos desde fondo, principios fundamentales para jugar en canchas lentas. Si uno tiene en cuenta esto, se podría imaginar que el entusiasmo que ambos generan en los deportistas más jóvenes daría como resultado el hecho de la aparición de canchas de cemento en la zona.

Pero esto no ocurre en absoluto. El tenista argentino le continúa dando la espalda al sistema de juego foráneo, y prefiere continuar jugando sobre su conocida superficie de polvo de ladrillo. Y no sólo de parte de los jugadores se mantiene este concepto, sino que desde lo dirigencial no se pretende cambiar para nada la cuestión. Mara Palavecino, miembro de la secretaría de la Federación Santafecina de Tenis, fue terminante sobre la cuestión. La responsable del organismo expresó tajantemente que “no existe en la región otro tipo de superficie que no sea polvo”. Palavecino puso un ejemplo concreto para entender la situación actual. “Hay que fijarse nomás en el complejo que construyó Guillermo Coria. Todas las canchas del mismo son de polvo de ladrillo” (sic), afirmó. El predio de Coria se inauguró a principios de noviembre del año pasado se encuentra en el barrio de Fisherton, y es considerado como uno de los más importantes de la provincia, ya cuenta 10 canchas de polvo de ladrillo y una de cemento con una superficie similar a US Open y Australian Open.
La idea expresada desde la Federación Santafecina es sostenida además de parte de quienes manejan canchas. Matías Gutiérrez es responsable de un pequeño club de la zona norte de Rosario que alquila canchas desde hace ya varios años. Gutiérrez se encargó también de admitir que por el momento no está cambiando mucho la situación: “Siendo sincero, es muy difícil. Primero que tendríamos que invertir bastante plata, lo que ahora es bastante complicado. Y segundo a la gente de acá le gusta jugar en polvo de ladrillo, esa es la verdad”. El propietario del pequeño predio dijo además que “es una cuestión de tradición del país jugar el sobre canchas lentas” y que “la tendencia no va a cambiar a corto plazo”. Y para concluir agregó: “Es verdad que tanto Nalbandián como Del Potro son dos fenómenos en canchas rápidas. Pero la verdad que por el momento acá no está teniendo mucha repercusión. Ni de parte de los organizadores y ni tampoco de los jugadores, esa es la verdad”.
Quien se mostró ilusionado con la idea fue el tenista Sebastián Lecuona. El joven de 23 años de edad que practica con sus amigos los fines de semana por sus actividades laborales, se mostró optimista y con deseos de que el cambio a canchas rápidas se inicie. “Me encantaría que de una buena vez podamos encontrar variantes para jugar. Particularmente admito que me encanta jugar en polvo, pero quisiera también tener la oportunidad de aprender a jugar en otras superficies, como el cemento o la carpeta”, expresó Lecuona. El oriundo de Granadero Baigorria admitió igualmente que “el cambio se va a dar de acá a unos años, porque las condiciones todavía no se están dando”. El joven cree que para que la revolución dé inicio se debe lograr una mancomunión entre los dirigentes de la región y los jugadores. “Yo creo que para que se dé tenemos que ponernos en campaña tanto jugadores, como los directivos de los clubes. Es responsabilidad de todos. Lo veo como un sueño un poco lejano, pero el deseo nunca lo voy a perder”, dijo Lecuona.
La realidad marca que pese al deseo de algunos hay poco interés de parte dirigencial para realizar el cambio, y el ideal actualmente suena bastante utópico. Pero la esperanza es lo último que se pierde, y quizás en un futuro no muy lejano se haga realidad el deseo de muchos amantes del tenis.