UN POCO DE NINO PLONER
De guantes y rounds
(Por Javier Silva) En un ambiente a tono con la charla, Leandro Ploner entendió de lo que hablaba. Entender, entiende. Pero el sonido de fondo de la bolsa y la música para que los practicantes de su gimnasio estén motivados, fueron detalles que acompañaron para que este entrenador de promesas rosarinas respire el aire que se necesita para hablar de boxeo.
Nacido hace 47 años en Villa Eloísa, provincia de Santa Fe, Nino, como siempre fue conocido, se mostró tajante al contar cómo arrancó su carrera como entrenador: “De entrenador fue empezando a ayudar a mi hermano Luciano. Vi también que había mucha gente que enseñaba y nunca había boxeado”. Sin tapujos al decir lo que piensa, sacó chapa: “Tengo 46 peleas amateurs y conozco más que muchos de esos”. Asimismo, señaló que “son preparadores físicos que practican boxeo tres meses y empiezan a enseñar” y acusó que muchos de ellos lo hacen sin licencia.
Por otro lado, al hablar de sus preferencias al ver una promesa pugilística, admitió que “deben ser pegadores, tener técnica y que les guste el gimnasio”. Además, declaró que al llevar a un joven con condiciones es clave hacerlo con tranquilidad, que tenga muchas peleas como amateur y recién después pasarlo a profesional. “Es necesario ver si sirve o no. Hay muchos que sirven en amateur y no en profesional, o al revés”, sintetizó.
En cuanto a nombres propios, Nino no tardó un segundo en nombrar a Alexis León (21), a quien entrena, como el futuro del boxeo local y nacional. “Tuvo un accidente durante el anteaño pasado, pero me gusta. Tiene pegada y es muy buen boxeador. Lo estoy siguiendo mucho –agregó-, porque veo que tiene futuro, va a llegar”. Finalmente, sentenció su mirada ante el Negro: “Le tengo mucha fe”.
Con Carlos Monzón, Ray Sugar, Maravilla Hagler, Muhammad Ali y De La Hoya como referentes, Ploner no dejó de lado su visión ante el boxeo rosarino actual, sobre el cual opinó que “es un desastre, porque lo manejan entrenadores, gente que no debería”. Además, justificó gran parte de su perspectiva acerca del flojo momento que el pugilismo local atraviesa: “Hoy pelea cualquiera, porque hacen profesionales, dejan de usar cascos y guantes chicos y no se aguantan los golpes”. Directo y a la mandíbula.
Finalmente, recordó viejos momentos y puntualizó sus inicios en el ring. “Empecé de pibe porque mi hermano empezó primero. Me gustó y empecé yo. Teníamos el mismo peso y hasta los mismos rivales”, aclaró. Por su parte, lamentó haber dejado en cierto momento por la posibilidad de desempeñarse en otro trabajo, pero no cesó de definirse: “Pegaba fuerte y me encantaba pelear y entrenarme”.
Jab, directo, uppercut o cross. Sea con el golpe que sea, Nino Ploner supo ser sincero y no dejar nada de lado cuando se le preguntó sobre lo que lo rodea en el ámbito boxístico. Es que si bien su momento es el ahora, detrás de las cuerdas y diagramando los entrenamientos, tiene su pensamiento acerca de todo lo que se le presenta. Mientras él discute y se pelea, los suyos lo hacen dentro del cuadrilátero. Y para Ploner el futuro no llegó. Pero pronto se presentará.