Una velada boxística
que sorprendió al
público rosarino
(Por Emiliano Chaui) Aproximadamente unas 600 personas se acercaron a una velada boxística que tuvo de todo. Por momentos hubo risas, aplausos, murmullos, grandes ovaciones y hasta un número humorístico que captó la atención de los asistentes. Pero todo ello no opacó el desempeño de los combatientes, que demostraron todo su potencial y pudieron disfrutar de un lugar acorde para realizar su deporte preferido.
El evento organizado en el club Carriego comenzó en una noche fría en Rosario y la primera pelea tuvo la particularidad que demostró lo impuntual que es el público, ya que unos pocos familiares y amigos apoyaron a los peleadores con gritos y aplausos. Pero no terminó ahí, se dio un discutido final donde los pocos seguidores del competidor local abuchearon la decisión de los árbitros. Unas 200 personas, que permanecían sentadas y expectantes, demostraron su desconformidad por el fallo aunque todo quedó ahí porque se trataba de una batalla de exhibición.
En el segundo enfrentamiento la afición copó el lugar llenando todos los espacios vacíos y casi no quedaron butacas para disfrutar de la velada. La sorpresa se dio cuando recién a los 40 segundos de iniciado el primer round se produjo el único nocaut de la noche y la multitud se sintió desilusionada por el poco intercambio de golpes entre los competidores.
En la contienda siguiente la joven promesa local, Piero Carloni, se llevó la primera ovación de la jornada. En el otro bando, su rival tenía un entrenador muy particular que a base de euforia alentó a su pupilo y le robó unas carcajadas al público. Maidana, el coach en cuestión, se encargó de animar a su peleador con frases como: “Dale negrito, tirá un golpe, una derecha por lo menos”. Al ver que su aprendiz no respondía y era duramente vapuleado, el preparador continuó: “Dale negro, una derecha negrito, ¿a quién le querés ganar así?”. La frase desató las carcajadas por esa manera diferente de aconsejar a su chico, que terminó perdiendo. Esto no fue todo, porque el ganador se llevó las primeras aclamaciones de la noche y la muchedumbre se puso de pie para aplaudir a este competidor.
Cuando se apagaron las luces y parecía que se venía una presentación más, una hábil propuesta del organizador Iván Priotti asombró a los presentes. Una joven con un cartel y un hombre vestido de mujer hicieron un número humorístico que se basó en pelear por quién conseguía el mayor protagonismo posible dentro del cuadrilátero. Los más jóvenes y los adultos se divirtieron con esta obra cómica y la fiesta continuó con ánimos renovados.
La cuarta pelea parecía ser una más a simple vista, pero sorprendió a todos. Con la llegada de la cámara de Rosario Deportes, una muchacha con pocas prendas y el cartel del round enloqueció a la gente que miraba en las gradas. Además, fue el mejor combate de la velada. Dos chicos de 60 kilos, aproximadamente, aprovecharon la oportunidad para intercambiar una gran cantidad de golpes y desatar mucha satisfacción en la gente. En cada impactó conectado el entusiasmo creció por la buena batalla que se estaba disputando. Todo el público se paró y aplaudió a los peleadores luego de que la decisión de los colegiados finalizó en empate y recompensó a los muchachos con un respetado y cálido aplauso. que demostró sin lugar a dudas que fue el mejor espectáculo de la jornada.
El broche de oro se dio cuando, antes de finalizar el evento, irrumpió Noe Tulio González, cinturón del título del mundo de plata del Consejo Mundial de Boxeo en la categoría supermediano. El Carbonero se ganó la máxima ovación de todo el público, que con el grito de “Tulio, Tulio” cerró un acontecimiento que claramente complació las expectativas de los 600 espectadores que concurrieron al establecimiento.