“La llama por jugar al
rugby sigue encendida”
El jugador de Plaza Jewell, Leandro Lobrauco habló de cómo
se inició en el deporte y de toda su experiencia como jugador
(Por Marcos Cuenca) Los años pasan y la llama sigue encendida. A los 36 años el rosarino Leandro Lobrauco sigue vigente en el rugby nacional y demuestra todos los fines de semana su amor por el deporte. El referente de Plaza Jewell amagó con retirarse el año pasado y hoy es uno de los pilares fundamentales del equipo rosarino. “La satisfacción de entrar a una cancha es única y disfruto de eso”, aseguró el medio scrum. Llegó a los 14 años a Plaza y obtuvo dos campeonatos en el club, en 1996 y 2000, sus siete temporadas en Italia y los partidos internacionales con los seleccionados nacionales le dieron una experiencia única que en la actualidad le permite destacarse en diferentes partidos.
- Empezaste a jugar al rugby desde muy chico, ¿por qué elegiste este deporte?
- Por herencia. A los tres o cuatro años ya estaba con la pelota en la mano. Mi papá jugaba pero lo hacía en Universitario y yo jugué ahí hasta los 14.
- ¿Qué es Plaza en tu vida?
- Plaza es muy importante porque es toda una carrera, uno pasa mucho tiempo ahí, los amigos son de ahí, es como una segunda familia.
- ¿Qué representaron los campeonatos que lograste con Plaza?
- Es la satisfacción más grande porque uno elige el club, elige compartir con los amigos de toda la vida y en un deporte amateur como el rugby llegar a ganar un campeonato es algo indescriptible.
- Con 36 años y llegando al final de tu carrera, ¿qué significaría obtener un nuevo título con el club?
- Sería como un regalo, un broche de oro, como un moño, estuve mucho tiempo en Italia y jamás me hubiese esperado este presente, volver a jugar a la Primera del club y poder mantenerme es una satisfacción enorme y ni hablar si se pudiera coronar con un campeonato, sería lo ideal.
- Pasaste siete temporadas jugando en Italia ¿qué significó estar tanto tiempo lejos de tus seres queridos y qué fue lo mejor que te pasó en todo ese tiempo?
- Hay momentos lindos y mementos duros y esos son los más complicados pero siempre estuve acompañado. La que hoy es mi esposa en ese momento era mi novia y además mi papá y mi hermano me visitaban siempre, aparte estaba diez meses allá y dos acá de vacaciones. Como mucho estaba tres o cuatro meses sin verlos. Aparte estaba haciendo lo que me gustaba, yo quería vivir en Europa, vivir esa experiencia, fue espectacular. Los últimos cinco años que estuvimos allá vivimos cosas importantes y mi hija más grande, Margarita, nació en Italia y esas cosas son las que te marcan. Lo más importante fue el nacimiento de mi hija en Padua, Italia, eso fue lo más lindo. Además, tuve dos mundos paralelos porque hice muchos amigos allá.
- Después de estar tanto tiempo afuera del país, ¿cómo fue el momento en el que tuviste que decidir volver y ponerte la bordó y celeste?
- Fue premeditado volver al país porque yo sabía que era el último año. Por varias cosas, mi hija ya tenía más de un año y queríamos que los abuelos y los tíos pudieran disfrutarla. No fue duro porque fue una elección y aparte sabíamos que no nos íbamos a quedar para siempre allá. La vuelta al club estuvo llena de expectativas y disfruto mucho de estar acá.
- También te pusiste la celeste y blanca. ¿Cómo es, para un jugador amateur, jugar un partido del deporte que ama y además representar a su país?
- Vestir la camiseta de la selección es similar a los campeonatos que logramos en el club. Poder representar al país y conocer tantos lugares es una experiencia única. Uno se esfuerza mucho, deja muchas cosas y que te toque y que te llamen es muy lindo. Me tocó de muy chico, jugué en los Pumitas, seven y en los Pumas. Me hubiera gustado que me toque de más grande con un poco más de experiencia, pero lo que viví lo disfruté muchísimo y es impagable.
- Jugaste muchos partidos y te enfrentaste a muchos jugadores, nombrame un jugador al que quisieras volver a tener como compañero.
- Mis compañeros de Plaza del 96, porque fue un equipo espectacular, esos años en el club fueron fantásticos, hubo muchos y nombrar a uno sería injusto pero “Jóse” Orengo, el “Ninja” Todeschini, Barriolucci, y después los más grandes como Fede Risler, el “Lungo” Estellés, el “Bocha” Balestieri. La verdad que son muchos los compañeros con los que a uno le gustaría volver entrar a una cancha y compartir esos momentos, esas sensaciones.
- ¿Y uno al que no quisieras volver a tener como rival?
- En contra me tocó jugar contra Lomu y otros de los más famosos en ese momento, pero siempre es un placer jugar con ese tipo de jugadores y no hay uno al que no quiera volver a enfrentar. Es algo muy lindo porque te toca una vez en la vida.
- Hace un tiempo pensaste en retirarte, ¿seguís pensando en el retiro o ese tema quedó atrás por un tiempo?
- Se hace largo y duro porque en el rugby entrenamos todas las noches, los lunes, martes, jueves y como jugamos el torneo de Buenos Aires, cada 15 días los viernes viajamos. Es difícil porque estamos mucho tiempo afuera de casa. Mis amigos están con sus programas y yo sigo jugando, pero la satisfacción de entrar a una cancha es única y disfruto de eso. Mis hijas demandan tiempo y eso me hizo pensar en el retiro pero los últimos partidos me sentí bien y decidí seguir. No me arrepiento porque hoy en día no veo la hora de que sea sábado, porque esa llama de jugar se mantiene viva y es lo más importante.
- ¿Qué rol cumple tu familia en esta etapa de tu carrera?
- Sin el apoyo de la familia, de mi esposa sobre todo, sería difícil seguir jugando. Mis padres me siguen y disfrutan de cada partido y sin ese apoyo uno tendría que colgar todo y dedicarse a esas cosas que una familia normal tiene. Por suerte tengo mis tiempos para la familia y puedo disfrutar de las nenas, llevarlas al colegio y estar con ellas, y eso es impagable.
- ¿Tenés pensado a qué te vas a dedicar cuando te retires?
- La pintura es una materia pendiente pero seguro que también seguiré haciendo deporte, sobre todo el primer año. Me gusta jugar al tenis, jugar al fútbol con mis amigos pero sin la obligación de cumplir horarios, además de colaborar con el club porque me gusta entrenar y volcar lo que aprendí durante años a los más chicos. En un futuro quisiera ser entrenador.
- Si te dan a elegir un momento de tu carrera, ¿cuál elegirías?
- Mi mejor momento fue en el 96 porque tenía una juventud y una fuerza para ir para adelante que fue espectacular. Estaba bien entrenado, me tocó jugar en el seleccionado y me entrenaba el doble de lo que entreno ahora.