27 junio 2011

El fùtbol de salón se divide en Rosario

ESCASA ACTIVIDAD EN FUTSAL
La crisis bajo techo

(Por Alejandro Dieguez y Diego Pairola) Desde que el deporte se practica en Argentina, Rosario siempre fue referente en fútbol de salón. Los equipos de la ciudad han sido protagonistas en los torneos nacionales al lograr gran cantidad de títulos. Desde el lado de la dirigencia, los exponentes rosarinos siempre fueron voz autorizada a la hora de tomar decisiones. Pero en 2007, luego de una normativa de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) el fustal local quedó dividido en dos. Los clubes que mantuvieron su lugar en la Asociación Rosarina de Fútbol de Salón (Arofusa) y los que se pasaron a la Asociación Rosarina de Fútbol (ARF), y que mediante esta última se incorporaron a la AFA.

En 1975, en la ciudad de Rosario se empiezan a dar los primeros pasos para fundar Arofusa. Con posterioridad, y gracias a la conexión con instituciones del norte argentino, se dio el nacimiento de la Confederación Argentina de Fútbol de Salón (Cafs), que se regía según los parámetros de la Fifusa que luego se convertiría en Asociación Mundial de Fútbol de Salón (Amfs).
Desde el comienzo, Arofusa fue la encargada de regular el fútbol de salón en Rosario, ya que “a la rosarina nunca le había interesado el fútbol de salón, lo desconocía por completo”, indicó Miguel Gonzalo, presidente de Arofusa. Gracias a la buena organización de la institución local, los clubes pudieron participar en gran cantidad de torneos nacionales y siempre lograron muy buenos resultados. Al punto que ”Rosario era conocida como la capital del fútsal argentino”, según comentó Vicente De Luise, instructor FIFA en el deporte.
Pero en el año 2007 se dio la gran separación del fútbol de salón rosarino. Al respecto, Juan Capillo, director técnico de Regatas, comentó: “Todas las asociaciones afiliadas a la AFA tenían la obligación de organizar futsal y la rosarina se juntó con 4 o 5 delegados y les dijo `vengan que les damos todo`”.
Una vez que la rosarina le abrió las puertas al futsal, varios equipos hicieron el cambio de asociación en busca de un mejor nivel deportivo, debido a que los torneos que organizaba Arofusa cerraban la competencia sólo a la ciudad y su zona de influencia. Mientras que la Rosarina les abría la chance de jugar campeonatos con equipos de otros países e incluso otros continentes.
Uno de los principales motivos por los que hoy en día en Rosario existen dos instituciones que por separado organizan el fútbol de salón fue la falta de provecho de los dirigentes de Arofusa para abordar el deporte con más profundidad. Gonzalo sostuvo: “Arofusa mantiene la filosofía de juego y la Rosarina sólo lo hace por interés”. Teniendo en cuenta esta cuestión, Capillo avaló que “Arofusa mantiene la idea histórica del juego, que es una cosa, pero la necesidad de crecer es otra cuestión”. En relación a este tema Mario Vitti, ex arquero del seleccionado nacional de Futsal, soslayó: “La fusión entre las asociaciones no existió porque los dirigentes nunca se pusieron de acuerdo, y, en este contexto, se presentó el mal del dirigente, que es querer tener protagonismo”
En la actualidad, el fútbol sala dentro de la Rosarina esta acéfalo ya que no hay dirigentes. Al respecto Capillo vaticinó: “Este deporte no tiene dirigentes genuinos, hay jueces y abogados rosarinos que jugaron en selecciones nacionales y hoy ninguno es dirigente en este deporte”. Por su parte, Vicente De Luise opinó que “lo que está faltando es una visión amplia del futsal a nivel local y mundial”.
En relación al futuro del fútbol de salón local, De Luise indicó: “Me parece que se debe encausar un efecto multiplicador que aumente la masificación del deporte, y así intentar llegar a lugares donde el fútbol no llega”. A su vez, el instructor FIFA resaltó que “debería existir una capacitación intensiva de entrenadores, con el fin de mejorar el espectáculo y de esa forma poder conseguir sponsors”.
Con el correr de los años siempre han existido diferencias entre Arofusa y la ARF. Existen muchos intereses particulares, que sin dudas desprestigian la esencia del deporte. Los dirigentes de ambos lados deberían consensuar una idea, para efectuar un trabajo mancomunado que tenga como único objetivo izar la bandera del fútbol de salón. Con seguridad no va a ser un trabajo sencillo, pero debería abordar esta cuestión gente capacitada en política del deporte y en conocimiento del futsal, para que de esta forma se ponga de manifiesto un proyecto convincente en el cual se acentúe en forma unilateral el desarrollo del deporte en cuestón.
Con la participación de gente idónea, se debe intentar plasmar la práctica del fútbol de salón en distintos ámbitos de la ciudad, dando la iniciativa en escuelas y de esta forma inculcarle a los jóvenes el espíritu de esta disciplina bajo techo. Y, así, darle impulso a un deporte que todavía no posee la aceptación masiva de un pueblo futbolero.
Es fundamental captar la atención de la ARF, para que ésta actúe como bisagra en la difusión del futsal. Arofusa no debe emplear políticas particulares que sólo encasillan la expansión del fútbol reducido a nivel local, sino que debe encontrar una aleación con el fútbol tradicional, para de esta forma obtener un panorama más amplio de cara al desarrollo del deporte bajo techo.