27 junio 2011

Una ordenanza que no se regula

Lo que dejó el veto del
Vale Todo en Rosario
Tras la aprobación del proyecto de ley del año pasado, aun
se debate el tema desde los distintos polos protagonistas


(Por Nicolás Gabetta y Javier Silva) La primera mitad del 2010 dentro del deporte rosarino se vio marcada por la prohibición de las Artes Marciales Mixtas en la ciudad. El detonante cronológico para esta propuesta y posterior aprobación fue la muerte de Franco Lescano tras una pelea llevada a cabo en la ciudad de Buenos Aires. A partir de ello surgieron varios cuestionamientos al respecto: ¿Era la solución prohibir? ¿Se cumple la ordenanza? ¿Se controlan los diferentes gimnasios sobre este tema? ¿Cómo?

Como instancia apreciativa, la lucha de aquellos que justificaban que debía mantenerse la actividad aunque con mayor regulación tuvo epicentro en los medios de comunicación. Gabriel Borda, periodista deportivo especializado en deportes de lucha, consideró que la base de la ordenanza tuvo intereses políticos y de propaganda. “Por la falta de información e intereses políticos se produjo esta prohibición. Algo que no sabían es que esto ya estaba reglamentado”, precisó. Por su parte, Carlos Villamor, entrenador y referente del MMA y del Jiu-Jitsu brasilero en la ciudad, consideró que hay un desconocimiento al determinar un Vale Todo ya que “no vale todo porque uno no puede entrar y romperle un palo en la cabeza al otro”.
Sebastián Borean, presidente de la Asociación de Deportes de Combate Combinados de Santa Fe, fue una de las caras visibles de la puja al retrucar la propuesta impulsada por el Concejo. Desde su postura, aclaró que los argumentos que él y sus compañeros de organización defendieron fueron la regulación, pero no el veto. “Te juzgan sin hablar, no te escuchan. Nosotros salimos en todos los medios hablando y nunca supimos con quién contactarnos”, señaló Borean. Por su parte, reconoció que la asociación debió detener el armado de eventos a nivel clandestino y que “no se controla nada de eso”. Además, señaló: “Acá en Rosario hay cuatro o cinco lugares que lo practican y se sabe”.
Desde esta confirmación sobre la existencia de las peleas y continuidad de la actividad a pesar de la veda, dos de los concejales impulsores de la propuesta de ley, Mariana Alonso y Orlando Debiasi, dieron su visión de la situación. Por un lado, Alonso admitió que el detonante principal fue la muerte del luchador en Buenos Aires y a partir de allí se puso en tela de juicio la consideración como deporte o no. Además, recordó que “la gente del Vale Todo hizo su reclamo, elevando una nota con el argumento del porqué esta práctica debería seguir desarrollándose”, sin dar más detalle. Por su parte, Debiasi objetó: “Acá nadie vino a plantear nada. Ni los que están en la actividad, nadie planteó absolutamente nada”.
En este marco, dicha ordenanza, la Nº 8509/2010 con fecha 7 de mayo de 2010, ratifica: “Prohíbase en la ciudad de Rosario el desarrollo de toda actividad denominada ‘Vale Todo’, hasta tanto no sea declarado como disciplina deportiva y en consecuencia regulado por el Cornité Olímpico Argentino y por la Secretaría de Deportes de la Nación”. Por otro lado, considera que en caso de incumplimiento se clausura el local por 90 días y, por reincidencia, de manera definitiva.
A partir de ello, restó la participación del Poder Ejecutivo provincial, encargado de hacerla cumplir. Aun así, el siguiente paso fue llegar al ex edificio de la Aduana para conocer el procedimiento necesario para controlar, inspeccionar y habilitar los gimnasios en tal sentido. Como derivado directo para determinar la comprobación a los distintos distritos indicados, se hizo presente la negativa para tratar la temática aludiendo diversas razones.
Una propuesta, una ordenanza y la firma de las autoridades máximas de la ciudad. Elementos, por cierto, necesarios para prohibir una actividad sobre la que, desde las distintas perspectivas, hay discordancia discursiva. Sin control o no, está vigente. Pero, por su lado, desde las oficinas que debían dar respuestas acerca de su observación, el silencio estuvo a la orden del día.