EDUARDO BUSTOS MONTOYA
Un jugador rosarino
que no tuvo fronteras
El actual volante de Central Córdoba debutó en Central, jugó
en Holanda, Japón, México, Grecia y varios equipos del país
(Por Marcos Cuenca) Los años siguen pasando y aunque haya amagado con retirarse varias veces del fútbol profesional todavía sigue aportando su granito de arena. A punto de cumplir 35 años, Eduardo Bustos Montoya, el Tati como lo conocen todos, sigue siendo un apasionado por el fútbol y lo demuestra en la ciudad que lo vio nacer. Con una carrera muy extensa, un recorrido por distintos equipos del mundo y su paso por diferentes equipos y categorías del fútbol nacional, en la actualidad es fundamental para el buen presente de Central Córdoba.
- Todos los jugadores tienen un equipo de baby y el tuyo fue Torito, ¿qué recuerdos guardás de ese club?
- Es un recuerdo hermoso porque nuestra categoría estaba bien armada y siempre peleábamos los torneos, era muy fuerte. Ganábamos trofeos y hay chicos y al entrenador que todavía los sigo viendo. Son muy lindos los recuerdos que guardo.
- ¿Cómo llegaste a Rosario Central?
- Mi papá me llevó a la prueba, éramos como 150 chicos y quedé. Tenía más o menos 13 años. En Central estuve cinco años y tengo recuerdos buenos y malos.
- Nombrame un recuerdo bueno y uno malo de tu paso por Central.
- Uno de los peores momentos en Central fue cuando estaba en las inferiores y estuve dos años y medio sin jugar, ni siquiera me citaban. Me entrenaba y no jugaba nunca, fue muy duro porque estaba recontra pintado. El recuerdo bueno fue cuando me citaron para la primera división.
-¿Cómo fue tu debut en Primera?
- Yo estaba en quinta rosarina, donde no jugaba, terminé jugando y siendo uno de los goleadores de la categoría. Fuimos tres goleadores y nos ficharon en AFA pero quedamos rezagados porque éramos muchísimos. Cuando el Patón (Eduardo Bauza) estaba en Reserva pidió algún chico que no estuviera jugando y como el único era yo me llamaron y tuve la suerte de jugar un rato y de hacerlo bien. El Patón me llamó para que me quedara en la Reserva y cuatro meses después ya estaba entrenando con la Primera. Y unos meses más tarde me citó Don Ángel (Zof) para concentrarme con el primer equipo.
Como otros tantos jugadores argentinos, Bustos Montoya debió irse a Europa con sólo 19 años y con la suma de ocho partidos en la primera división del fútbol nacional fue transferido al fútbol holandés. “Cuando llegaba a mi casa estaba solo y fue difícil”, aseguró el jugador.
- ¿Cómo fue irte a jugar a Europa siendo tan joven?
- Me costó un poco porque jugué siete u ocho partidos y me vendieron a un grupo empresario. Este grupo me llevó a jugar al Feyernood de Holanda y eso fue duro porque es un país totalmente diferente al nuestro por sus costumbres y más allá que estuviera Vitamina Sánchez y Graff con sus familias, cuando llegaba a mi casa estaba solo y fue difícil porque tenía 19 años nada más. Estuve un año y nueve meses y salió la posibilidad de volver a Central y la aproveché.
- A lo largo de tu carrera pasaste por varios equipos, ¿en qué te sirvió jugar en tantos lugares del mundo en lo personal y como futbolista?
- Todos me dejaron experiencias. En lo personal, la de Holanda fue despegarme de mi familia y todos los afectos, y en lo futbolístico estaba jugando con grandes como Henrik Larsson entre muchos otros. En México me sentí mejor porque estaba con mi familia, mi mujer y mis hijos, y en lo futbolístico me fue bien. Después me fui a Japón donde también la pasé muy bien aunque las costumbres y el fútbol son totalmente diferentes. Hace dos años estuve en Grecia y es un país hermoso y la gente me trató muy bien, me gustó mucho.
- Entre tantos lugares, pasaste por el Avispa Fukuoka de Japón, ¿cómo fue esa experiencia?
- En lo personal fue muy bueno porque ayudó a la unión con mi esposa. Terminaba de entrenar y estaba todo el día con ella y mis hijos y fue fundamental. En lo profesional no fue fácil porque el fútbol es totalmente diferente, son muy rápidos pero tuve la suerte de andar bien y adaptarme, hice muchos goles y me convertí en el máximo goleador de la historia del club.
- En Argentina jugaste en varios equipos, ¿hubo alguno que te haya marcado como jugador?
- No hubo uno. Fui aprendiendo de cada entrenador que pasaba, por ejemplo en Chacarita lo tuve a Pastoriza y el grupo era muy bueno, hasta el día de hoy nos seguimos viendo. Después me fui a Lanús y estaba Chiche Sosa que era el técnico pero el grupo era diferente, venía de pelear el descenso el año anterior y nosotros peleamos arriba. Después me fui a Banfield, aunque no quería por la gente de Lanús, pero no llegamos a un arreglo con Nicolás Russo que era el presidente y me tuve que ir. En Banfield me fue muy bien, en la delantera jugué los primeros seis meses con Cervera y los otros seis con Palacio, el técnico era Falcioni, clasificamos a las copas y la gente se identificaba con el equipo. El hincha de Banfield me quiere mucho.
- Disputaste muchos clásicos con los distintos equipos, ¿con cuál te quedas y por qué?
- Como Central y Newell´s no hay. Jugué varios Racing – Independiente pero no es tanto lo que se vive. En la ciudad es más fuerte. Me quedo cien veces con el de Central y Newell´s.
- Tanto en el exterior como en el país, ¿cuál fue el torneo más difícil que jugaste y por qué?
- En Holanda me costó muchísimo porque era muy joven y no estaba bien en mi vida personal. Después por lo general tuve la suerte de adaptarme fácil y rápido. En Banfield pensé que me iba a costar pero en los primeros partidos me fue bien y la gente me trató mucho mejor.
Con muchísima experiencia en el exterior, en la primera división del fútbol argentino y en el ascenso, Bustos Montoya llegó a Central Córdoba para afrontar una etapa complicada y ser un referente dentro y fuera de la cancha de la institución charrúa.
-¿Cómo fue tu llegada a Central Córdoba?
- Había dejado de jugar cuando volví de Grecia y me llamó Vivaldo para ir a Temperley, arreglamos pero me tuve que poner en estado porque venía sin jugar. Después me llamó Marcelo Vaquero para ver si quería venir a Central Córdoba y como todavía tenía ganas de jugar, entrenar y de estar con el grupo, comencé a entrenar sin firmar contrato. Fui conociendo a los chicos y a Vaquero así que me gustó y me quedé. Cuando se fue Marcelo me quería ir pero no lo hice porque el grupo es muy bueno y los hubiera decepcionado.
- ¿Qué balance hacés de tu actualidad en Central Córdoba?
- En lo futbolístico no aporté nada y fuera de la cancha fue útil porque junto a Emiliano Yocco nos tuvimos que enfrentar a un montón de cosas, como por ejemplo la deuda con el plantel y fue una lucha día tras día, pero obvio que teníamos al grupo entero apoyándonos.
- ¿Cuál es la clave de la actualidad del equipo?
- La unión del grupo es fundamental. Cuando terminó la primera ronda se fueron jugadores importantes como Petrovelli, Juares y Chiquito Gonzalez y vinieron otros jugadores que se fueron adaptando con el paso del tiempo y hoy estamos peleando en la final y para sostener eso tenés que tener un grupo muy fuerte sino no se puede.
- Son el único equipo de la ciudad que pelea en los primeros puestos, ¿qué opinión tenés sobre la situación del fútbol rosarino?
- Está muy mal, decadente. Pero fueron un suceso de cosas que hicieron los equipos y fueron influyendo a lo largo del tiempo. Hicieron las cosas muy mal, como por ejemplo comprar mal o equivocarse al elegir a un técnico, a Central le costó la categoría. Lo bueno sería que Central ascienda y Newell´s pueda mejorar porque es lindo que se juegue el clásico porque así no tiene emoción.
- Si tuvieras que elegir un técnico y un jugador con los cuales te gustaría volver a compartir un equipo, ¿a quiénes elegirías y por qué?
- Hay muchos jugadores pero con Rodrigo Palacio me llevé muy bien y los técnicos hay muchos, Falcioni, Pastoriza, Marcelo Vaquero, Vivaldo, no tengo un entrenador. El fútbol me dejó muchos amigos, que es gente con la que hoy en día me sigo hablando, me llaman y los llamo, y eso es muy lindo.
- ¿Cuál fue el mejor momento de tu carrera?
- En Lanús y Banfield fue donde mejor estuve porque hice varios goles, me querían muchos equipos del país y eso fue muy importante para mí. Después pasé a Independiente, me lesioné mucho y ahí se terminó mi carrera.