Un fútbol totalmente
distinto que progresa
El Flag Football llegó a la ciudad en silencio desde EE UU
crece de a poco. Pasado, presente y futuro del joven deporte
(Por Juan Pablo Falletti) El mundo moderno está totalmente globalizado, de eso no hay duda alguna. Hoy en día uno puede enterarse sobre lo que acontece en Rosario, en Guatemala, o en Estados Unidos con la misma rapidez, y puede aprender sobre las costumbres extranjeras haciendo clic en su monitor, o simplemente encendiendo su televisor. Pero los efectos de este fenómeno producen cosas que hasta hace un tiempo podrían parecer totalmente inimaginables.
En la ciudad hay un equipo que practica Flag Football, que es una modalidad similar al Fútbol Americano deporte nacido en Norteamérica y que se fue nutriendo en los últimos tiempos de un gran número de jóvenes. Ellos se fueron reuniendo todos los sábados desde mediados del año 2000 en el club Fábrica de Armas, y con el tiempo han sabido progresar ante las dificultades que trae el hecho de practicar una actividad desconocida en la región.
Fiel testigo del esfuerzo es Luciano Andrés, jugador de “Samuráis” (nombre con el cual se conoce al combinado local) y entrenador, quien reconoció que fueron cimentando todo de a poco. “Todo comenzó desde 1999, con gente que ya no está. Comenzaron a juntarse en el parque situado cerca del Monumento (Parque Nacional A La Bandera), quienes jugaban Flag Football, cuatro contra cuatro. La idea surgió cuando uno de los chicos mandó un mail a ESPN, y en una de las transmisiones de los partidos de los lunes anunciaron que en Rosario se iban a juntar cierto día”, afirmó. Lógicamente que pese al guiño televisivo fueron difíciles los inicios. Al respecto dijo: “Al principio eran cuatro jugadores en total. Pero se fueron haciendo amigos, y después se empezaron a juntar más chicos”. El entrenador expresó además que “ellos fueron quienes fundaron la liga y quienes crearon la RFL (Ndr: Rosario Football League)”.
En cuanto a lo que es el juego en sí, guarda ciertas diferencias con el deporte original practicado en Norteamérica. Andrés se encargó de diferenciarlos: “La principal diferencia es que hay mucho menos contacto, casi nulo. No se puede tacklear. En cambio la jugada se termina cuando se le quita el flag de la cintura al jugador que porta el balón”. Otra gran diferencia que marcó es que “cada equipo tiene siete jugadores, mientras que en el otro son once”. También hay que destacar que las dimensiones del terreno de juego son distintas, ya que en la NFL (National Football League) son cien yardas y en la modalidad Flag son sesenta.
El jugador reconoció que el caudal de jugadores fue cambiando, y que no logran tener una estabilidad. “Va variando. Tuvimos el mejor año en 2006, en donde habíamos formado cuatro equipos y éramos casi treinta jugadores en total. Después en 2007 y 2008 decayó mucho, tal es así que entrenamos la mitad del año nomás. El último gran año fue el 2010, en donde pudimos hacer la liga con 3 equipos. Y además ganamos un torneo de carácter internacional realizado en Concepción del Uruguay”, afirmó. Pese a los éxitos recientes, sobre la actualidad reconoció que “el balance de este año no es el ideal, se está jugando un torneo, pero la cantidad de gente no es la esperada”.
Dentro del equipo hay alguien que entre entendidos es palabra más que autorizada. Se trata de Marcos Alonzo, quien es oriundo de Guatemala y que como muchos centroamericanos tiene más contacto con la cultura estadounidense por cuestión de cercanía. Este guatemalteco que estudia en la ciudad no sólo practica este joven deporte, sino que en su tierra natal fue jugador de fútbol americano propiamente dicho. El joven narró sus vivencias: “En mi país yo estaba jugando. Y cuando llegué aquí me interesé por el deporte, pero nadie me había dicho que se practicaba en Rosario. Averigüé por Buenos Aires, y desde ahí me dijeron que acá había un equipo que entrenaba todos los sábados”. Esta declaración marca la pauta de que es un deporte ciertamente desconocido y de muy corta edad, y que recién está tomando vuelo en la región.
Pese al crecimiento de la actividad sostuvo que se está lejos del nivel que hay en su país. “Allá está más arraigado el deporte. Casi todos los coachs (entrenadores) de los países centroamericanos han venido de las universidades estadounidenses, entonces tiene mucho más apoyo. Además, por ejemplo, cada año ingresan a un equipo 25 jugadores nuevos, y siempre alguna universidad norteamericana les regala sus equipos usados para jugar. Así que es otra cosa”, expresó. También sostuvo que “allá todos los entrenadores se conocen por las universidades, hacen encuentros, hay muchas ligas, y por lo tanto el deporte tiene más la atención de toda la gente”.
En cuanto al presente de su equipo, el guatemalteco se mostró optimista de cara al futuro. “Del año pasado a este ha cambiado mucho el equipo. Hay muchos chicos nuevos, que es lo que a mí más me interesa. Antes había mucha gente de experiencia, pero que ya no rendía lo mismo. Los chicos de ahora están mucho más motivados, se concentran más en el juego. Así que hay ganas de ganar”, reconoció.
Que el Flag Football haya encontrado adeptos en la región es un verdadero milagro dentro de una sociedad en donde sólo se respira fútbol. Con el paso de los años va tomando más vuelo en la ciudad y en el país. Entonces no resulta descabellado imaginarse en un futuro lejano al deporte posicionado realmente dentro de la agenda deportiva local.