27 junio 2011

Marisa Portillo va por el campeonato mundial

EN BUSCA DE LA CORONA
La rosarina va por
el título gallo AMB
Marisa Portillo ya entró en la historia del boxeo rosarino, pero
aún sueña con ser la mejor y conseguir el campeonato del mundo


(Por Emiliano Chaui) Una joven con mucho talento que pasó por distintas disciplinas, pero que recayó en el boxeo para entrar en la historia del deporte con tan sólo 22 años. Marisa Portillo se convirtió en la segunda rosarina que va a pelear por un título mundial, ya que el 6 de agosto en Venezuela afrontará el combate más duro de su vida. Intentará quedarse con el logro vacante y ser la próxima campeona Gallo de la Asociación Mundial de Boxeo al enfrentar a Mayerlin “La Monita” Rivas.

Una muchacha con mucho talento que sin una corona ya hizo historia.

¿Cómo comenzaste a hacer Boxeo?
Empecé a los 15 años, pero primero hacía Kung-Fu y no era muy habilidosa para las patadas. Entonces me aconsejaron que me dedique al deporte de los puños, que era con lo que más me defendía. Y Un día le dije a mi mamá: ¿Me llevas a hacer Boxeo? Y así fuimos a un gimnasio y ahí quede. Fue muy cortito lo del Kung- Fu, no funcionó y me fui al boxeo que da más resultados. En realidad era muy mala, no tenía habilidad para patear me costaba muchísimo y encontraba como único recurso los golpes de puño.
Era muy nuevo el Boxeo para las mujeres, estaba Marcela Acuña como pionera y Mary Potenza, no era muy conocido. Cuando yo empecé había dos o tres boxeadoras nada más y ahora en la actualidad hay una cantidad enorme.

¿Cómo fueron tus comienzos?
Cuando comencé era la única mujer del gimnasio y guanteaba con varones, era mucho más duro. Ahora tenemos la posibilidad de entrenar con mujeres y es otra cosa, se siente.

¿Cómo reaccionaban los varones que tenían que guantear con una mujer?
Era difícil para ellos, no sabían si pegarme fuerte o despacio. Algo nuevo para todos, pero nunca fueron machistas al contrario fueron compañeros. Algunos miraban como diciendo, que raro una mujer pero todos se fueron acostumbrando.

¿Pensaban que de ese comienzo tu carrera iba a ser de profesional?
Uno sueña con un montón de cosas, no lo empecé como una actividad recreativa. Yo sabía que si entraba a algo tan duro era para competir y llegar.

¿Quiénes de tus familiares te incentivó a competir?
Mi abuelo practicaba la disciplina, al igual que los hermanos de mi mamá pero se hicieron amateurs en aquellos tiempos. Mi abuelo es fanático y me decía hacé Boxeo, no me obligaron pero me lo aconsejaron. Siempre recibí el apoyo de mis padres

¿Cuál fue tu primera pelea como amateur y con cuántos años?
Iba para los 16 años y tenía unos nervios tremendos, no era lo mismo el guanteo que estar ahí arriba. Debuté un 16 de abril con una chica de Villa Gobernador Gálvez y empaté. Después de eso comencé a pelear más seguido, pero fue único ese combate. Nunca voy a volver a sentir esa sensación de subir al ring.

Realizaste muchas peleas como amateur ¿cómo llegaste a eso?
Si realicé más de 80 peleas dentro del amateurismo. Y me pone contenta porque esto me dio muchísima experiencia, pero era pelear todo los fines de semana. A veces se caía una boxeadora en algún festival y me decían: ¿Querés reemplazarla vos?
Nunca dije no, y no me quejo por toda la experiencia que agarré.

¿Cómo es la relación con las demás boxeadoras?
No con todas se tiene el mismo trato, pero en mí caso tengo amigas que guanteamos y de tanto entrenar salimos a comer juntas o compartimos cosas. Con Alejandra Ríos peleamos como 15 veces y siempre nos llevamos bien aunque éramos rivales. Igualmente me hice más amiga cuando yo ya era profesional.

¿Tenés trato con las boxeadoras referentes argentinas a nivel nacional?
Las he conocido de vista o de saludarlas como es el caso de Locomotora Olivera cuando vino de ganar el título del mundo. Le pedí un autógrafo y nada más. Además no tengo relación porque todas la figuras está más en Buenos Aires, no tanto acá.

¿Cuál es tu peleadora que fascinas o tenés como ídola?
Me gusta mucho el boxeo de Jessica Bo, trabaja muchísimo con las piernas, la cantidad de golpes, la velocidad. Pero no hay una que yo diga si está es mi ídola, por ahí prefiero más el boxeo de Erik Morales.

¿Cuál fue la mano que mejor pegaste o la que te pegaron y la sentiste demasiado?
La mejor se dio en una pelea pero era porque fue con bronca, era como una revancha en una pelea de amateurs. Fue la segunda pelea que hice e iba ganando, pero en el ante último round me metió una mano y me salió mucha sangre de la nariz. Pararon la pelea y yo me quedé con mucha bronca porque venía ganando y me la dieron por perdida. Entonces en el próximo enfrentamiento dí todo y le gané, pero esa fue la mano que más disfrute. Fue una revancha para mí. Después una mano que sentí, fue un gancho como profesional al hígado con Yésica Marcos y la sufrí mucho. Pude salir caminando tomé aire y seguí la pelea, aunque en este caso perdí. Fue una situación difícil porque era el título argentino y quedé muy dolida, triste, diciendo yo podía ganar pero me venció claro. Igualmente yo le agradezco a esa pelea ya que me hizo hacer un clic en lo que es mí carrera deportiva, porque cambié de entrenador y empecé con Román Gorosito.

¿Qué cambió con este nuevo entrenador?
Román Gorosito es un excelente preparador físico, un gran compañero. Una persona que me apoya en todo y él me hizo dar cuenta que en ciertas cosas no funcionaba en la parte técnica y las pude mejorar. Además acá en gimnasio de Iván Priotti me siento muy cómoda, muy bien con él. Por suerte hemos formado un gran equipo, yo antes sentía que la responsabilidad era toda para mí, pero ahora esto es un equipo.