29 agosto 2011

La caída de un deporte que fue furor

FALTAN TALENTOS EN BOXEO
Rosario sin un presente

(Por Facundo Barbero) El boxeo rosarino ha sufrido grandes cambios a lo largo de los años. Desde aquellas épocas doradas en el Estadio Norte o La Carpita, y por qué no mencionar al mítico Sportivo América, hasta llegar hoy a los pocos festivales que se realizan mes a mes en la ciudad. Si bien las épocas cambiaron y ya las calles no son más de empedrado, ni los guantes de cuero, la pasión por el boxeo no tendría por qué disminuir, pero los pocos estandartes que salen de los gimnasios, sumado a la poca difusión, dan como conclusión el lamentable estado del boxeo rosarino.

Para empezar a tratar de entender el porqué de esta situación debemos recurrir a las épocas doradas en la que el boxeo era casi igual o más popular que el fútbol para la ciudad y en donde el Estadio Norte parecía cualquiera de las dos canchas rosarinas en pleno clásico. Para analizar aquella época se convocó a Aníbal Bosques, un reconocido periodista de la ciudad especializado en boxeo quien dijo: “La época dorada del boxeo rosarino estuvo en 1950 y 1960 cuando se abre el viejo Estadio Norte y allí se concentraron las mejores peleas, no sólo de Rosario sino inclusive de la Argentina”. Y agregó: “Al Estadio Norte vinieron grandes boxeadores, grandes campeones, vino Eduardo Lauce, vino Pascual Pérez, Prada, Bonavena, es decir que los más importantes del boxeo estuvieron combatiendo en el Estadio Norte”. Además, recordó: “Anteriormente las peleas se hacían en La Carpita, en el cruce Alberdi, en el estadio Emilia, en el Social Zona Sur, en muchísimos lugares. Los viernes por la noche Rosario era escenario de cinco festivales de boxeo. La ciudad se paralizaba, la gente venía en camiones, era algo extraordinario”.
Ya se conocen los estadios y el tipo de peleas de gran importancia que había en la ciudad, a la hora de hablar sobre el público, Aníbal pudo contar que “asistían familias enteras”, ya que “muchas iban casi completas a ver pelear a su crédito, a su ídolo”. También comentó que “iban los padres, la novia, los hermanos y por supuesto el barrio y la cuadra entera a ver pelear al chico de la zona”.
Si el público de aquella época no tenía problemas con los muy buenos estadios que había en cada zona y si los promotores no tenían inconvenientes en cuanto a la concurrencia a las peleas, todo se debía seguramente a la gran difusión que tenía el deporte. Con respecto al tema Aníbal dijo: “En esa época había mucha difusión, había varios periodistas que se especializaban en boxeo, estaba Horacio Paneli de La Capital, Teddi y varios periodistas más del diario Crónica que existía en aquella época. Además de los periodistas que ayudaban al boxeo, los promotores acercaban al periodismo las gacetillas con la programación de las peleas y entonces la gente se enteraba muchísimo más rápido de los festivales”.
Para constatar los dichos sobre los promotores se consultó a Lito Muller, un reconocido promotor de la época, quien afirmó: “En esa época lo mejor era ayudar al periodismo a que informe de la mejor manera y así la gente asistía con mas frecuencia”. Y agregó: “Las etapas de la vida cambiaron muchísimo, pero si se logra volver a las fuentes y si el periodismo vuelve a apoyar al boxeo seguramente la popularidad en Rosario se recupere y todo vuelva a ser una fiesta en cada festival”. Además se acercó Juan Oviedo, un viejo seguidor de aquellos años y comentó que en el estadio conoció a su primera novia y que era muy común cuando no podían asistir a los festivales seguir las trasmisiones por radio. Lo cual confirmaba la diversidad de público que asistía a los festivales y de la gran difusión que, por más chico que fuera el festival, el periodismo le brindaba al boxeo.
A la hora de comparar épocas es inevitable tratar de entender si además de la poca difusión que tiene el deporte, existe algún tipo de diferencia entre aquellos boxeadores y los actuales. Quién mejor que uno de los mejores periodistas especializados que queda de aquellos años para analizar a los púgiles. Al respecto Bosques analizó: “Sí, existe mucha diferencia, aquellos se cuidaban, se entrenaban, vivían para el boxeo y por supuesto todos trabajaban con excepción de los grandes profesionales que se dedicaban de lleno al boxeo y vivían del boxeo”. Y agregó: “Ahora eso ya no pasa, o mejor dicho, no puede pasar porque los profesionales de jerarquía sí pueden vivir del boxeo, pero el profesional mediocre no porque son muchas las exigencias que tiene que llevar adelante y por eso no se puede dedicar a pleno a lo que seguramente más ama, que es boxear”.
Es verdad que las exigencias y los tiempos cambiaron pero, ¿cómo puede un joven que comienza a practicar el deporte levantarse a las 5 de la mañana para ir a trotar cuando es esa la hora en la que regresa del baile o recién se acuesta? Entonces se torna casi imposible mezclar la vida privada con un entrenamiento severo. La diferencia de entrenamiento marca los resultados y estos demuestran la jerarquía del gimnasio o la de su entrenador.
Es difícil llegar a una conclusión del doloroso momento del boxeo en Rosario. Porque en la balanza se deberán poner la diferencia de épocas, estadios, boxeadores y público, no dejando de lado el tema de la difusión de los medios gráficos, radiales y televisivos en general. Con cada caso ya analizado, es inevitable quedarse con los dichos de quien más sabe en la ciudad sobre boxeo, Aníbal Bosques, quien cuenta en sus antecedentes con trasmisiones en vivo desde el Luna Park, Estadio Norte, Corrientes, Chaco, Chubut, entre otras. El número uno del periodismo especializado de la ciudad dijo que “de seguir así el boxeo rosarino tiende a desaparecer”.
La situación es muy preocupante porque sumado a los pocos talentos que surgen en la ciudad, la difusión ya no es la misma, y es muy poca la gente que sabe que en Rosario mes a mes se realizan algunos festivales de boxeo.