Los jóvenes tenistas
villenses entrenan con
el afán de superarse
(Por Nicolás Gabetta) La exigencia es muchísima pero el premio es mayor. Todo el esfuerzo se enhebra detrás de una ilusión, un objetivo y un sueño. La ilusión es competir, el objetivo es mejorar. ¿Y el sueño? Triunfar. Pero atención, a no confundirse. No siempre triunfar significa derrotar al adversario. Superarse, aprender, entretenerse, y pasar un buen rato, en muchos casos, es el triunfo más importante que una persona puede tener. Los jóvenes tenistas de Villa Constitución se divierten mientras practican y perfeccionan su juego para encarar de la mejor manera las competencias que se les aproximan.
“Los chicos entrenan tres veces por semana y el resto de los días vienen a jugar partidos entre ellos”, expresó el profesor Walter Ibarra. “Los entrenamientos son de una hora por día, que sirve para mejorar la técnica y profundizar en brindar las mejores herramientas para que el chico pueda desplegar su juego dentro de la cancha”, añadió.
En lo que tiene que ver con lo físico, el deporte es exigente en relación a los piques cortos y la velocidad. “Estar bien preparado físicamente es fundamental. Un jugador que está bien en lo físico puede llegar más rápido a la pelota y golpearla mejor posicionado, algo que es clave en el tenis”, explicó Ibarra. Y reveló cual es su plan de entrenamiento: “En el verano los chicos vienen a realizar una pretemporada con un preparador. En la práctica se implementa trote, ejercicios físicos y se trabaja en el gimnasio”.
En un nivel más competitivo, el entrenador hizo hincapié en que “en el tenis, la cabeza juega un papel fundamental. Un jugador puede tener todos los golpes, pero si no está bien mentalmente es difícil que pueda conseguir resultados”.
Pese a que es un deporte individualista, no todo es competencia. Cada vez son más las personas que se dedican a esta actividad, en todas las edades. Se puede ver en grupos de familia y de amigos que asisten a jugar constantemente y sin ningún conflicto. El tenis se ha instalado como un deporte que puede ser formador de grupos y en muchos casos, la sana competencia ayuda bastante. “Organizamos torneos zonales con muchas categorías y armamos un circuito interno entre los distintos niveles de chicos”, informó Ibarra, que también añadió que “hay un torneo por mes y la concurrencia es muy buena, los chicos viajan por la zona y se mantienen en ritmo de competencia”. Además, contó que los más destacados juegan torneos G3 y G2 en distintos lugares del país.
“Estuve compitiendo G3 en Rosario y es algo muy lindo pero muy difícil. Hay algunos jugadores que tienen un nivel muy bueno y es imposible ganarles, también hay otros que son pura raqueta (risas)”, contó Germán Romagnoli sobre su experiencia en el deporte. “Yo empecé a jugar de chico con mi hermano, me encantaba ir a las clases. Después comencé a competir y gané algunos torneos en la zona”, expresó. Y admitió que, como muchos otros chicos, juega al tenis porque es un deporte que le gusta y lo distrae. “Vengo al club para divertirme y jugar con mis amigos, que me cargan porque todavía me cuesta definir con la volea”, reveló entre risas, dejando en claro el buen trato que hay en el grupo. En cuanto a los objetivos, Germán fue sincero: “Yo quiero ganar siempre y trato de mejorar para competir en los mejores lugares que pueda, pero uso el tenis como un pasatiempo”.
Otro de los chicos que se dedica a la raqueta es Facundo Montenegro. “Hace más o menos 5 años que juego al tenis y vengo todas las semanas a practicar”, contó. Pero no es sólo una cuestión de práctica, Facundo también contó que cuando está en su casa le gusta “mirar partidos de tenis para aprender los movimientos que hacen los profesionales”. En cuanto a preferencias, no tiene dudas: “Federer es el mejor”.
Aunque ya hace bastante tiempo que se dedica al deporte, Cundo, como lo llaman sus amigos, no participó de torneos nacionales. “Son caros y también hay que pagar el viaje, quizás en algún momento vaya a jugar un G3”, indicó. Sin embargo, ya tiene sus pergaminos en la zona: “Gané un torneo de dobles el año pasado y llegué a la semifinales de otro”.
En distintas categorías, con diversos niveles, los objetivos son similares: mejorar, divertirse y, sobre todo, pasar un buen rato entre amigos. Las posibilidades de competir están para todos y ninguno las quiere dejar pasar. Los jugadores aprendieron los golpes más importantes como el drive o el revés, pero lo que no saben es que mientras se concentran en mejorar sus movimientos, asisten a las clases y juegan con amigos, están aprendiendo a incorporar al tenis en parte de su formación como personas. Si logran concretar el buen trato y conservar las amistades, el triunfo será eterno.