JOSÉ RAMINI, MOTORISTA
Mecánico y protagonista
(Por Lucas Marzano) En un rincón de su taller y con la mirada puesta en una pequeña pieza que intenta reparar, José Ramini, de 67 años, trabaja para poner a punto un auto que está arreglando. Oriundo de la ciudad de Villa Constitución, este mecánico y motorista dedicó toda su vida a la preparación de coches de monoplaza y tiene un equipo propio que desde hace tiempo compite a nivel nacional. La Scuderia Ramini es muy reconocida en las categorías de fórmula y desde su inicio estuvo comandada y dirigida por José, quien dijo: “El equipo de trabajo está ahora comandado por mi hijo Marcelo, él hace lo que yo hacía cuando era el director”.
El comienzo de la historia de Ramini con la preparación de motores para los autos de fórmula es muy similar a sus inicios como piloto. “Comencé desde joven corriendo en las categorías zonales, aquí en Villa Constitución, JB Molina, Godoy, entre otras, cuyos circuitos eran de tierra. Un tiempo después, en la década del 70, incursioné en la categoría Limitada Santafesina en donde obtuve un campeonato y dos más con la Limitada Cordobesa”, dijo el mecánico, quien además agregó: “En el 76, ya con 32 años, dejé de correr para dedicarme a la preparación, era algo que me gustaba mucho y mi experiencia con respecto a esto también empezó en esta zona”.
Luego de estar varios años trabajando para los equipos locales, Ramini decidió probar suerte en la Fórmula Renault Argentina con el piloto rosarino Oscar Palmero, pero no pudieron conseguir buenos resultados. A pesar de que su primera experiencia a nivel nacional no fue la esperada, los éxitos aparecieron con la llegada de Omar Martínez. “Con el Gurí obtuvimos dos campeonatos y dos subcampeonatos”, contó el motorista, quien también dijo que a partir de allí la situación del equipo cambió ya que pudieron salir campeones en varias oportunidades y con distintos pilotos que hoy en día son conocidos, como Mariano Altuna, Mauro Giallombardo, Josito Di Palma, Brian Smith y Martín Basso, por mencionar algunos. Indudablemente el arribo del entrerriano a la escudería villense marcó un antes y un después en la carrera de Ramini: a partir de allí su trabajo comenzó a ser bien visto por muchos pilotos y cada vez eran más los que se interesaban en contratar sus servicios.
La historia con el Gurí se inició mucho antes de que Omar compitiera bajo el nombre de Ramini. En el 72 José le vendió un auto que usaba en la limitada santafesina a Enrique Martínez, para competir en Entre Ríos. Diez años después, Martínez padre viajó hasta Villa Constitución y le pidió a Ramini que le preparara un motor porque quería volver a correr en su provincia, ya que había dejado las pistas por motivos personales. “Estuve varios días en Entre Ríos poniendo a punto el motor que había preparado y allí estaba Omar, que recién comenzaba a dar sus primeros pasos en el automovilismo. Luego de unos días tuvimos una charla con Enrique y le dije, a modo de consejo, que debería dejar que su hijo comenzara a correr, ya que era una persona joven y que podía adquirir experiencia”, confesó el villense.
Fue así que todo el esfuerzo que Martínez hizo para tener el auto lo compensó poniendo a su hijo en la pista. “El Gurí arrancó en la fórmula entrerriana, obtuvo buenos resultados y ya se notaba que tenía muchas condiciones. Pasaron los años y en el 86 le dije a Enrique que su hijo debería dejar de correr en los circuitos de tierra y pasar a la Fórmula Renault, una categoría nacional y de mucha trascendencia”, explicó Ramini y continuó: “En el primer año no le fue bien a Omar, entonces al año siguiente le propuse a su padre que lo traiga hasta Villa Constitución y que también mandara el auto para que yo lo pudiera preparar en mi taller”. El entrerriano tenía 18 años cuando se fue a vivir a la casa del dueño de la escudería. Allí permaneció durante la época en que corrió en la Fórmula Renault y en donde consiguió dos campeonatos y dos sub campeonatos.
Los buenos resultados obtenidos por este joven piloto pusieron al nombre del equipo villense como uno de los más reconocidos en la categoría, esto también atrajo el interés de otros pilotos que con el tiempo se consagraron campeones del Turismo Carretera, como Walter Hernández y José Ciantini. “En nuestro taller también preparamos un auto de TC, que lo corrió Oscar Larrauri, Lucas Armelini y Brian Smith. En un principio habíamos incursionado bien con el auto, pero no pudimos mantenernos en la categoría”, agregó Ramini, quien aclaró que tuvieron que dejar de lado la máxima porque requería de mucho dinero.
Luego de haber pasado incontables horas trabajando dentro del taller, José Ramini reconoció que ahora al final del día se siente más cansado que antes y que ya no se queda hasta altas horas de la madrugada en su puesto de trabajo, y añadió: “Lo mismo me pasa con las carreras, ya las dejé de frecuentar como en otros tiempos, poco a poco fui dejando de ir. Voy solamente en algún caso especial o cuando me llaman por algún asesoramiento, pero sino las miro por televisión”.
Indudablemente para Ramini el inicio de su carrera como motorista y director del equipo estuvo marcado por el protagonismo del Gurí Martínez. Lo mismo le pasó al piloto entrerriano, ya que su padre encontró un equipo de trabajo que le puso el sello a las primeras consagraciones a nivel nacional que obtuvo su hijo. Dos historias diferentes pero con similitudes en los comienzos. Desde el lado del villense el orgullo de haber trabajado con muchos chicos que ahora son reconocidos en el país es algo que valora mucho y concluyó: “La satisfacción de ser reconocidos por el trabajo y el esfuerzo es nuestro mejor logro”.