24 octubre 2011

Club Regatas San Nicolás

El básquet entre las
décadas del 90 y 2000
Son muchas las diferencias que existen en el deporte entre los
chicos que lo practicaban antes y los que lo realizan ahora.

(Por Sebastián Ciapponi) El Club Regatas de San Nicolás cuenta con varias disciplinas para practicar, que van desde el yachting hasta el fútbol. Por supuesto que dentro de éstas se encuentra el básquet, uno de los deportes preferidos por los niños a la hora de comenzar a realizar alguna actividad física. A modo de comparación entre distintas épocas sobre cómo se entrena a un grupo de chicos, de entre 8 y 17 años, Laura Cordisco (quien fue entrenadora del deporte desde 1991 hasta 1999) cuenta de qué manera se trabajaba en ese entonces, cómo era el comportamiento de los chicos, la responsabilidad, y diferentes factores que atribuyen a la práctica del baloncesto. Por otra parte, brindó su opinión Jorge Acosta, un profesor actual, que comenzó a dar clases en Regatas en el 2005 y lo sigue haciendo en la actualidad. Acosta también trabaja con chicos de la misma edad y aunque disfruta de su ocupación también reconoce que “es muy difícil”.

En lo que respecta al trabajo formativo de los chicos, de poder enseñarles a jugar al básquet, Laura Cordisco cree que “los tiempos han cambiado y mucho” y por eso dijo: “Ahora se les tira una pelota y le dicen que la metan adentro del aro, y eso no es así. A un chico hay que enseñarle de qué manera correr, de qué manera tirar, cuáles son las posturas que deben realizar a la hora de marcar e infinidades de cosas antes de hacerlos jugar un partido”. Con disconformidad, la ex entrenadora se refirió a la manera de trabajo que se utiliza hoy en día.
Jorge Acosta no pasó por alto este punto, y admitió: “Actualmente es muy difícil manejar a un grupo de chicos y convencerlos a todos con lo mismo, por eso uno siempre recae en hacerlos jugar un partido a modo de entrenamiento”. De todas maneras, Acosta dijo que su idea siempre es la de enseñar y qué es lo que trata e intenta hacer a diario.
En cuanto a la conducta que tienen los chicos, ambos representantes de Regatas coincidieron en que actualmente no son tan reservados y dicen todo lo que piensan, ya que no ocultan nada. Y que en algunos casos hasta contestan de mala manera y se niegan a realizar alguna actividad. Cordisco indicó que en la década del 90 era muy raro tener en algún grupo varios chicos con estas características, y aunque siempre estaba la oveja negra nunca tuvo que llamar a los padres para conversar temas de disciplina. “Antes uno daba las órdenes y todos las cumplían, a unos le gustaba menos que a otros pero nadie se negaba a realizarlas”, contó Cordisco.
Actualmente, y desde que trabaja en Regatas, Acosta cree que hay dos grupos bien marcados y dijo que los chicos de entre 8 y 13 años se manifiestan de una manera y los de 14 a 17 de otra muy diferente. Admitió que los del primer grupo, al ser más chicos, son más “fáciles” de manejar y convencer para realizar las actividades. Y en cuanto a los más grandes dijo que creen sabérselas todas y que siempre trata de sacarles eso de la cabeza haciendo trabajos para que se den cuenta de que siempre algo puede salir mal. “En el momento en que no les sale lo que desean se ponen muy fastidiosos, pero eso los hace pensar y sé que puedo hacerlos cambiar de mentalidad”, afirmó el profesor.
Otro de los factores que compete con los temas anteriores y que es esencial para la práctica del deporte es la responsabilidad. Y la tendencia marca que en una época era de una manera y actualmente de otra. Cuando Laura Cordisco manejaba su grupo de chicos, afirmó que sus dirigidos llegaban siempre veinte minutos antes de la hora estipulada para dar comienzo a la actividad y que cuando finalizaban ninguno se desesperaba por irse rápido. Además dijo: “Más allá de que venían a aprender ellos también venían a divertirse y a pasarla bien entre todos”. En cambio la respuesta de Acosta no fue la misma, y señaló: “A veces uno se enoja porque los chicos llegan tarde a entrenar y la mayoría lo hace sobre la hora, pero creo es por como estamos hoy en día. Vivimos todos acelerados y creemos que no nos alcanza el tiempo para todo”.
Claramente hay varias diferencias entre ambas épocas y como conclusión, durante los 90 había chicos más responsables y con buenas normas de conducta diferentes a las de la actualidad. Sin embargo Cordisco no cree que, porque un chico tenga una mala contestación o no realice la actividad asignada por el profesor, sea un mal jugador y por sobre todo una mala persona. Admite que “con educación todo es posible”, y afirma que “a base de la formación y la enseñanza todo puede llegar a buen puerto”.
Acosta también sacó su propia conclusión y expresó: “A pesar de los inconvenientes que a veces me generan los chicos, es un grupo excelente el que tengo y estoy orgulloso. A veces es complicado pero con el aprendizaje que les brindo creo que van a salir muy buenos jugadores, y por sobre todo muy buenas personas”.