07 noviembre 2011

Squash

Un deporte que
busca reconocimiento
Leandro Bazo, jugador amateur que empezó por hobby en este
deporte, sueña con que adquiera la popularidad que se merece

(Por Gabriela Martin) En Argentina, la variedad de deportes que se pueden elegir a la hora de querer practicar alguno, es tan grande, como diversa. Entre ellos están los que se ven con frecuencia, al encender un televisor, como el fútbol, el básquet o el automovilismo. Mientras que otros sólo son nombrados y, con suerte, televisados cuando se desarrolla un Juego Olímpico o un Juego Panamericano, como sucedió recientemente. Pero por suerte, hay quienes optan por el deporte “poco famoso”. Con 23 años, Leandro Bazo, puede asegurar que la elección de haber elegido el squash como la base de su vida deportiva, fue lo mejor que pudo haber hecho.

- ¿Por qué el squash y no otro deporte?
- En realidad, hasta los 18 años que empecé a practicar squash, no tenía ni idea que existía. Pero cuando me mudé a Pérez, por cuestiones laborales, al lado de mi casa estaba el gimnasio “Star 10”, donde hoy sigo entrenando. Al principio me acerqué al gimnasio porque quería hacer aparatos y alguna rutina, pero con los días vi que un grupo de chicos se encerraban en un cuartito del fondo con raquetas en sus manos y que no paraban de correr detrás de la pelota. Los primeros tiempos me quedaba mirando, hasta que un día uno de los profes, Lucas Dal Molin, me dijo si no quería pasar e intentar. Creo que desde ese día supe que era para mí, fue lo mejor que pude haber hecho.
- Comenzó como una práctica por hobby en tu vida, ¿hoy en qué nivel podés decir que se encuentra?
- Sí, al principio iba para hacer algo. El squash es un deporte que requiere muchísima agilidad, tanto mental como física, lo que hace que tanta velocidad de juego te haga volver loco y te fanatices. De hecho, creo que si tuviese más tiempo libre me instalo acá a jugar. Igualmente, hace ‑­un año que me ofrecieron prepararme para competir en un campeonato regional, que se va a hacer a fines de noviembre en la ciudad de Santa Fe. Puedo decir que ahora comienza mi nivel pro en este deporte.
- ¿Qué podés marcar de distinto en la práctica diaria, a la preparación para un torneo?
- Básicamente, lo que difiere de competir o no es que para la competición necesito tener más velocidad de la que tengo ahora, mayor resistencia. Hoy por hoy siempre se entrenan con las mismas personas, a las que ya les conozco su ritmo de juego. Además, las horas de entrenamiento no son las mismas. Cuando arranqué a jugar venía una hora, porque mi objetivo era hacer algo y no estar en casa sentado en el sillón. Con mi decisión de participar en el torneo, mis entrenamientos llegan a las cuatro horas diarias. Todos los fines de semana buscamos hacer amistosos con chicos de localidades de alrededor, todo cambió, pero fue un cambio para bien.
 - ¿Notás o considerás que el squash no crece?
 - Yo tengo mis dudas sobre eso. Creo que no lo hace en sentido profesional y de exposición mediática, pero sí en cuanto al lado social y amateur. Si bien es cierto que en nuestra región dejó de crecer, en otros lugares no es así. Por ejemplo, en Estados Unidos, en general, nuestro deporte creció mucho en la última década: hoy en día hay muchísimos colegios y universidades donde el squash es muy pero muy fuerte. Sobre el no crecimiento de exposición, ese es un tema bastante complejo, me parece que va de la mano a través de eventos multitudinarios y los medios. Tampoco sé si puede llegar a ser masivo. Pero sí estoy convencido que el squash social y el profesional deben crecer de la mano.
- Si tuvieras que definir la obtención de la medalla de bronce en dobles en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. ¿Cómo lo definirías?
- Como una hazaña brillante. Creo que después de tantos años, fueron 8 o 9 años, que Argentina no lograba una medalla en este deporte, es algo increíble. Además, el hecho de que sean deportes amateurs, donde nadie te regala nada, donde todo es a pulmón, creo que eso lo hace más grande todavía. También estas medallas sirven para que el que no sabe que hay deportes más allá del fútbol, empiece a interesarse. El interés es lo que hace grande a los deportes. Si todos los fines de semana no hubiera más de 30 mil personas en un estadio de fútbol, el fútbol no sería lo que es.
- ¿Qué harías para que el squash crezca en tu país?
-Por lo que yo veo, todos los países quieren lo mismo en escalas: más canchas, sobre todo públicas, en más ciudades, y más gente practicando. Si tuviera un cheque en blanco, construiría buenas canchas públicas y contrataría y/o formaría profesores (que sean formadores, no entrenadores) para que acerquen el squash a la gente. También canchas sin techo y piso duro, de mantenimiento casi cero, en plazas o parques de cada ciudad del interior. Todo esto para que cualquiera sepa que es el squash. Me gustaría que algún día deje de ser sólo un sueño.